El compositor Manuel Marvizón Carvallo ha recibido este viernes el Olivo de Plata que entrega cada año la Hermandad de la Redención a personalidades que han contribuido a engrandecer el mundo de las cofradías. El acto ha tenido lugar en el teatro de la Fundación Cajasol y ha contado con varias actuaciones. 

La gala del Olivo de Plata -que ya se ha convertido en un clásico en las largas vísperas de la Semana Santa- ha sido este año a beneficio de la Asociación Colibrí, una entidad que lleva años trabajando por la inserción del las personas con discapacidad intelectual. 

En la ceremonia, presentada por Ricardo Laguillo y Luis Miguel Martín Rubio, han intervenido el tamborilero Gustavo Pedrero, el coro de alumnos de la Asociación Colibrí, dirigido por Luis Baras; el saetero Álvaro Carrillo; y la banda de cornetas y tambores de Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo (Dos Hermanas). 

Un enamorado de la música

Marvizón siempre ha sido un enamorado de la música. Entró en el conservatorio con 24 años, aunque previamente compaginó estudios de Medicina y Psicología con su gran afición por la guitarra. Después de pertenecer a un grupo de música y colaborar con varios artistas así como con programas de televisión y radió, desembarcó en el mundo de las música procesional. Es autor de marchas tan conocidas como Madre Hiniesta, Azul y Plata, Candelaria, Santa Cruz, Coronación o Esperanza de vida. Muchas de estas composiciones fueron grabadas en un célebre álbum por la Orquesta Sinfónica de Bratislava. 

La relación con la Redención viene de años atrás, pues su esposa, la periodista Charo Padilla, se ha encargado muchos Lunes Santos de retransmitir la salida y entrada de esta cofradía, una de las que más ha crecido en número de hermanos las últimas décadas. En algunas de estas retransmisiones ha estado acompañada de Carlos Herrera, para el que el compositor también trabaja.