Los días de la Semana Santa de Sevilla

Jornadas maratonianas con horarios imposibles

La cruz de guía de San Pablo llegando a la Campana en 2008.

La cruz de guía de San Pablo llegando a la Campana en 2008. / Juan Carlos Vázquez

Muchos piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor, también en la Semana Santa. Mejor o peor, lo cierto es que la de hoy es diferente a la de hace 30 o 40 años. El tamaño de las hermandades ha crecido de tal manera que los horarios se han vuelto casi imposibles. Hay jornadas con 17 horas de procesiones. Cortejos que terminan de pasar por la Campana cerca de las doce la noche. Hay cuatro nuevas corporaciones que se han integrado en la nómina. Ha habido cambios de recorridos importantes y de orden en algunos días que siguen aún buscando su mejor acomodo. La Semana Santa, al menos en lo que se refiere a la carrera oficial, se ha vuelto prácticamente ingobernable. Además, lo que antes duraba ocho días, ahora se extiende diez con las procesiones del Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión, algunas de las cuales han solicitado formalmente su entrada en la nómina de las que hacen estación de penitencia a la Catedral.

La Semana Santa ha crecido en días, cofradías y horarios. La mayoría de los días han adelantado su comienzo y han retrasado su final. Si antes era un privilegio cerrar la jornada, hoy es un suplicio. En el año 1989 el Domingo de Ramos arrancaba en la Campana a las 16:45. Hoy arranca 20 minutos antes. Más significativo, por ejemplo, es el caso del Martes Santo en su final. Santa Cruz pedía la venia hace 30 años a las 22:15. En 2017, la hora oficial era las 22:54.

El Cautivo de Torreblanca saliendo de la parroquia aún sin el misterio. El Cautivo de Torreblanca saliendo de la parroquia aún sin el misterio.

El Cautivo de Torreblanca saliendo de la parroquia aún sin el misterio. / D. S.

El crecimiento del número de nazarenos, en buena parte propiciado por la incorporación de las mujeres a las filas desde 1985 y 1986, descosió por completo las costuras de los horarios e itinerarios. Cincuenta llevó la Vera Cruz en 1989. Un problema agravado por el auge que experimentaron muchas cofradías en los años 90 y que hoy se mantiene como el principal problema de la Semana Santa. Los programas de 1989 decían que la Macarena llevaba 2000 nazarenos, el Gran Poder 1950, 1700 la Esperanza de Triana, 1650 la Estrella, 1500 San Bernardo y San Benito, 1400 Santa Genoveva o 1300 el Cachorro. La mayoría de estas cifras no correspondían con el número real de nazarenos. Una de las hermandades que más ha crecido es la del Beso de Judas. En 1989 apenas llevaba 500 nazarenos. En 2018 fueron más de 1300.

Una de las jornadas más problemáticas desde entonces es el Miércoles Santo, que ha cambiado en varias ocasiones su orden. En el año 1989 se adelantó a los Panaderos desde el penúltimo puesto y se retrasó al Baratillo y las Siete Palabras. El orden aquel año fue: la Sed, San Bernardo, el Buen Fin, los Panaderos, el Baratillo, el Cristo de Burgos, las Siete Palabras y la Lanzada. Esta configuración cambió de nuevo en 1992: la Sed, San Bernardo, el Buen Fin, la Lanzada, el Baratillo, el Cristo de Burgos, las Siete Palabras y los Panaderos. La más perjudicada entonces fue los Panaderos. Desde entonces, con más o menos intensidad, reclama un sitio más adecuado. Este año, han pedido incluso pasar al segundo puesto. Las novedades, si el Consejo lleva a cabo su idea, es que haya una nueva configuración del día el próximo año.

En el año 1989 la ciudad de Sevilla contaba con 57 hermandades de penitencia, incluida el Cerro del Águila, que el Martes Santo de aquel año realizaba su primera estación de penitencia a la Catedral. Después del Cerro han sido otras tres las hermandades que se han incorporado a la nómina: el Carmen Doloroso, en 2007; el Polígono de San Pablo, en 2008; y el Sol, en 2010. Actualmente existen 70 hermandades de penitencia. Diez de ellas realizan estación de penitencia en sus barrios el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión. Varias, como la Misión, la Milagrosa o Pino Montano, han solicitado incorporarse a la nómina. Algo prácticamente inviable debido al atasco general.

San Benito bajando el puente. San Benito bajando el puente.

San Benito bajando el puente. / D. S.

Mucho ha cambiado la ciudad y su urbanismo en las últimas décadas, deparando cambios de recorrido en múltiples cofradías. Algunos obligados y otros por iniciativa propia. La Hermandad de San Benito perdió su puente tras el derribo del año 1991 por el soterramiento de las vías del tren. La Hermandad de la Estrella volvía a su capilla por el Puente de San Telmo (como también hacía la O) y la calle Pureza. Las Cigarreras, por su parte, llegaba al centro por Pureza y el Puente de Triana. Los Negritos, la Mortaja, Montesión, Santa Cruz o el Resucitado, son otras corporaciones que han modificado sustancialmente sus itinerarios. Algunas hermandades dejaron Tetuán en su regreso a sus templos, como la Amargura, el Museo, los Panaderos o la Soledad. Otras hicieron lo propio con Alcaicería, caso del Beso de Judas o San Esteban.

Una hermandad ha cambiado su sede canónica en los últimos 30 años. Los Gitanos dejó la parroquia de San Román para instalarse en su propio templo. En las últimas décadas también ha habido numerosos cambios de sede temporales por obras. Caso de las hermandades de Pasión, el Amor, las Siete Palabras, las Penas, Santa Marta, el Beso de Judas, Montesión, Jesús Despojado, las Aguas o San Isidoro. En la Semana Santa de 2019, con la salida de los Caballos desde Santa Catalina, no habrá ninguna hermandad que no efectúe su estación de penitencia desde su templo. Hace 30 años, la iglesia de los Terceros también estaba en obras, aunque la Cena pudo salir desde allí. Al igual que las Aguas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios