El Retrato

Antifaz

  • Captura de un capirote de la Hermandad de San Esteban junto a un cirio

Antifaz

Antifaz / Antonio Pizarro

La mascarilla, como objeto más visible de la pandemia, cumple un año entre nosotros. A modo de antifaz cubre los rostros. Permite ver y casi no ser reconocidos en algunos casos. Igual que los coloristas capirotes cofradieros. Símbolos de la Semana Santa. Bajo ellas y ellos están los cofrades que lleva por dentro la procesión del coronavirus. Una penitencia que no permite estaciones a la Catedral ni incertidumbres meteorológicas. Y que ha puesto del revés, mucho más que cualquier Martes Santo como en el que se ubica la imagen de la izquierda, el corazón de los devotos y la primavera en Sevilla. Que parece oculta bajo un antifaz y no se deja reconocer aunque conozcamos sus ojos.

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