La iglesia de la Magdalena de Sevilla cumple 3 siglos
El arzobispo preside mañana martes la misa del tercer centenario de la consagración del templo
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Una celebración por todo lo alto. La Real Parroquia de Santa María Magdalena celebra mañana, como cada 22 de octubre, el Día de la Parroquia. Pero este año será una ocasión muy especial, porque se cumple el tercer centenario de la consagración del templo, entonces iglesia conventual de San Pablo el Real. Por ello, el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, presidirá a las 20:15 una solemne eucaristía. Posteriormente, la comunidad parroquial compartirá mesa y mantel en una cena conmemorativa en el hotel Colón.
El 22 de octubre de 1724, el arzobispo Luis Salcedo y Azcona consagró el templo de San Pablo el Real de la orden de Predicadores, que actualmente acoge la parroquia. De este cenobio era fraile Bartolomé de la Casas y en él fue ordenado obispo de Chiapas en 1546. También fue la primera sede de la Inquisición. Pero si su historia es importante, su patrimonio no le va a la zaga. El templo fue proyectado por Leonardo de Figueroa y atesora importantes obras de arte.
El templo actual comenzó a construirse en 1692. Para levantarlo, los dominicos, que vivían un momento de gran esplendor, recurren a Leonardo de Figueroa, el más afamado arquitecto de su tiempo en la ciudad que también trazó otras iglesias tan importantes como el Salvador o San Luis de los Franceses. Los vestigios arquitectónicos más antiguos, de época medieval, se concentran en el ábside y en la capilla del Dulce Nombre de Jesús, propiedad de la Hermandad de la Quinta Angustia, que conserva tres formidables bóvedas de lacerías sobre trompas. El resto de la fábrica responde a la reconstrucción emprendida por Leonardo de Figueroa en estilo barroco.
El primitivo templo parroquial se encontraba en la que es hoy plaza de la Magdalena. Fue derribado en 1811 por los franceses para crear este ensanche. Ese mismo año la parroquia se trasladó a la iglesia del convento de San Pablo el Real pero, tras ser parcialmente reedificada, en 1817 volvió a su antiguo templo. Tras ser derruida definitivamente en 1842, la parroquia se instala definitivamente en el templo actual tras la Desamortización del convento dominico por Mendizábal.
La Magdalena es hoy un templo cuidado al máximo y con una comunidad llena de vida que encabeza su párroco, Francisco Román. En los últimos diez años, la Magdalena, gracias al tesón de su párroco y a la colaboración de feligreses y muchos ciudadanos anónimos, ha restaurado y recuperado diversos espacios. Se han invertido casi 1,5 millones en estas tareas. Una de estas zonas singulares es el coro alto, que cuenta con unas muy interesantes yeserías y pinturas, y que acoge el museo parroquial, cuya visita es más que recomendable.
El patrimonio artístico de la Magdalena impresiona por su calidad y variedad. Empezando por las pinturas murales en recuperación, atribuidas a Lucas Valdés. El retablo mayor probablemente fuera realizado por Pedro Duque Cornejo, debe considerarse el segundo en proporciones de la cuidadoras el de la Catedral. En otros retablos colaterales se albergan esculturas de Roque de Balduque (Virgen del Amparo), Juan Bautista Vázquez el Viejo (Virgen de las Fiebres), Jerónimo Hernández (Resucitado y Niño Jesús), Gaspar del Águila (Nazareno de las Fatigas), Juan Martínez Montañés (San José con el Niño), Juan de Mesa (Asunción), Francisco de Ocampo (Cristo del Calvario), Pedro Roldán (Virgen de la Antigua y Siete Dolores y el Cristo y misterio del Descendimiento) y Juan de Astorga (Virgen de la Presentación).
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