El Palquillo

Medio siglo del traslado definitivo de la Hermandad de la Cena a Los Terceros

Los titulares de la corporación a la finalización del traslado

Los titulares de la corporación a la finalización del traslado

Para las generaciones de nuestros días resulta impensable imaginar a la cofradía de La Cena en otro entorno que no sea la calle Sol. Sin embargo, si indagamos en la profunda y densa historia de esta corporación descubrimos su carácter itinerante a lo largo de los siglos: desde su fundación, presumiblemente, en Omnium Sanctorum (donde residió la mayor parte de su existencia) hasta San Basilio, San Gil, el extinto convento de Belén en la Alameda de Hércules o San Vicente. 

El Señor de la Cena durante el traslado a Los Terceros El Señor de la Cena durante el traslado a Los Terceros

El Señor de la Cena durante el traslado a Los Terceros / Hermandad

La hermandad regresó a Omnium Sanctorum en 1880, cuatro años después de la redacción de unas nuevas Reglas. Sin embargo, los disturbios de 1936 y el fuego que asoló por completo el templo mudéjar obligó a la hermandad -que perdió numerosos enseres- a buscar refugio en Los Terceros, templo en el que estuvo hasta 1958. Tras una serie de discrepancias con los Escolapios, que regentaban la iglesia por aquel entonces, marchó la cofradía a la Misericordia, en el Pozo Santo. 

Pues bien; tal día como ayer, 9 de agosto de 1973, hace ya medio siglo, los titulares de la Cena fueron trasladados de nuevo, tras su estancia en la Misericordia, a la iglesia de Nuestra Señora de Consolación, donde se establecería de manera definitiva. 

Gestiones y traslado

El Señor de la Humildad y Paciencia entrando en Los Terceros tras el traslado El Señor de la Humildad y Paciencia entrando en Los Terceros tras el traslado

El Señor de la Humildad y Paciencia entrando en Los Terceros tras el traslado / Hermandad

Debido a que la Junta de Beneficencia debía proceder a las reparaciones de las dependencias y de la misma iglesia de la Misericordia, que se encontraba en mal estado de conservación, en marzo de 1973 la hermandad comenzó a efectuar las gestiones oportunas para trasladarse a otro templo.

En este tiempo, parte de los enseres de la Hermandad se trasladaron a unos locales cedidos a tal efecto por las hermanas del convento del Pozo Santo, así como al domicilio de María Álvarez de Toledo, quien cedió unas habituaciones de su vivienda para su debida custodia y almacenaje.

La Virgen del Subterráneo aún en el interior de la Misericordia La Virgen del Subterráneo aún en el interior de la Misericordia

La Virgen del Subterráneo aún en el interior de la Misericordia / Hermandad

El 26 de junio de 1973 se celebró un Cabildo General Extraordinario en el cual el hermano mayor, Antonio Álvarez Morales, expuso todas las gestiones realizadas ante el cardenal Bueno Monreal y ante Monseñor Bellido Caro para que la Iglesia hispalense le cediera a la corporación la administración y conservación de la iglesia de Nuestra Señora de Consolación. Dicho cabildo aprobó el traslado de nuestra Hermandad a este templo. Mediante el decreto n° 121/77 otorgado el 9 de junio de 1977 fue dada por el Arzobispo la cesión del templo, de sus bienes y sus dependencias en usufructo perpetuo.

El 9 de agosto de 1973, tras la celebración de la Santa Misa vespertina presidida por D. Antonio Gutiérrez Rodríguez en la iglesia de la Misericordia, se inició el traslado de las tres imágenes titulares portadas en andas: el Señor de la Sagrada Cena, Humildad y Paciencia y la Virgen del Subterráneo. No sería hasta más de veinte años después, en 1997, cuando el arzobispado decretó la extinción de la primitiva hermandad de gloria de Nuestra Señora de la Encarnación, cuya titular mariana pasó a formar parte de la Cena. 

Los tres titulares ante el altar mayor de Los Terceros Los tres titulares ante el altar mayor de Los Terceros

Los tres titulares ante el altar mayor de Los Terceros / Hermandad

Aquel traslado con las tres imágenes finalizó en el altar mayor de la iglesia de Los Terceros con el rezo de las preces y el canto de la Salve Regina, tras el cual la juventud de la Hermandad de los Panaderos depositó una canastilla de flores como recuerdo de los años de fraterna vecindad.

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