La Hermandad de la Macarena ha presentado la saya de tisú rosa de la Virgen del Rosario tras su restauración en el taller de José Antonio Grande de León. Esta pieza, obra del reconocido taller de José Guillermo Carrasquilla (1964-65), "es una de las mejores sayas que posee la Virgen del Rosario, destacando la riqueza de los bordados y las técnicas utilizadas, entre ellas las hojillas y cartulinas", apunta la corporación en nota de prensa.

La saya restaurada de la Virgen del Rosario

El estado del soporte de la pieza, el tisú rosa, hizo que la comisión patrimonial de la Hermandad optara por sustituirlo por otro nuevo de las mismas características, color y calidad, realizado en Valencia expresamente para la restauración.

En palabras de Grande de León, ha sido una restauración “muy complicada y laboriosa”, que ha requerido de “una intervención lenta y minuciosa”. El proceso de restauración ha sido completamente respetuoso con la obra original, siguiendo fielmente los criterios de restauración que han consistido en la aspiración, microaspiración y limpieza exhaustiva de todas las piezas; reintegración de todas las partes perdidas, repaso general de los bordados y reintegración de las lentejuelas que estaban en mal estado; además de la realización de las mallas nuevas y el pasado a nuevo tisú rosa de la saya completa así como de la túnica del Niño Jesús del Rosario.

Nuevo pecherín

El nuevo pecherín para el Niño

Además de la restauración, y a petición de la Hermandad, se ha confeccionado un nuevo pecherín bordado a juego con la saya -que no existía-, cuyo diseño sigue el de la propia saya utilizándose las mismas técnicas y materiales de primera calidad que los de la obra original. Asimismo se han realizado otros dos pecherines lisos, uno para la Virgen del Rosario y otro para la Virgen de la Esperanza.

El Hermano Mayor, José Antonio Fernández Cabrero, ha elogiado el trabajo realizado para recuperar esta pieza única del ajuar de la Virgen del Rosario. “Además de una responsabilidad con nuestra historia y los macarenos que nos precedieron, recuperar y conservar nuestro patrimonio para mostrarlo en todo su esplendor es una vía para evangelizar. Esta saya, como otras piezas de nuestro patrimonio, es una especie de ascesis que nos lleva desde lo material hasta lo espiritual, y eso es un valor que nuestra Hermandad no puede desaprovechar para seguir evangelizando”, ha señalado.