Sevilla

El Alcázar de Sevilla cuenta por primera vez con un director de seguridad

  • Julián León Rodríguez asume el cargo con la experiencia de haber ejercido antes en el Sevilla FC y en la Casa de Alba

  • El contrato forma parte de las medidas puestas en marcha para suplir las necesidades de vigilancia en esta joya patrimonial 

Un vigilante de seguridad observa como un empleado limpia el suelo de la Puerta del León tras la reapertura del Real Alcázar.

Un vigilante de seguridad observa como un empleado limpia el suelo de la Puerta del León tras la reapertura del Real Alcázar. / José Ángel García

El Alcázar de Sevilla cuenta desde este 1 de septiembre con un director de seguridad. Es la primera vez que se contempla esta figura técnica para esta joya del patrimonio histórico-artístico de la ciudad, que da respuesta a unas carencias sobre la que se ha insistido en especialmente en los dos últimos años. La persona designada para dicho cargo es Julián León Rodríguez y acredita su experiencia en la labores de seguridad del Sevilla FC y también en la Casa de Alba

El Patronato del Alcázar ha adjudicado el contrato por 34.800 euros. El trámite se inició en junio y se ha formalizado hace unos días. Se presentaron siete candidaturas y entre los criterios de valoración se establecía como requisito para obtener la máxima puntuación acreditar una experiencia de más de 10 años en un cargo de director de seguridad. 

Julián León Rodríguez ha ejercido dicho cargo entre el 1 de septiembre de 2003 y el 30 de junio de 2014 en el citado club de fútbol e igualmente realizó fuciones similares, de vigilancia y protocolo, en la Casa de Alba entre los años 1998 y 2003. En concreto, desde 2003 a 2014 ocupó una dirección de seguridad. Fue reconocido con la Cruz del Mérito Policial con Distintivo Blanco. Tiene también experiencia laboral en el sector comercial. 

Un plan muy demandado

La oposición ha venido en los últimos años insistiendo en la necesidad de contar con un plan especial de seguridad para el Alcázar que ayude a evitar el vandalismo, robos y deterioro en un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad. La seguriad en el palacio se convirtió en un tema polémico especialmente desde la desaparición de una yesería en el año 2013. 

A finales del año pasado, el alcalde, Juan Espadas, ya anunció una mayor inversión en seguridad e incluso habló de modificar los estatutos del Alcázar para reforzar su estructura organizativa, una medida que está sobre la mesa y a la que se ha adelantado la contratación del director de seguridad.

La seguridad del Real Alcázar pasó en septiembre de 2017 a depender directamente del Ayuntamiento a través del Cecop. Estas tareas en el segundo monumento más visitado de la ciudad eran asumidas por una empresa de seguridad privada. A partir de ese momento, el Cecop fue el que tomó todas las decisiones para proteger el palacio y a sus visitantes. La alerta antiterrorista provocó que el Ayuntamiento tomase esa decisión.

El Ayuntamiento firmó un año antes un nuevo contrato de seguridad para el Alcázar por más de dos millones de euros. En él estaban incluidos un aumento del número de cámaras de videovigilancia, algunas de ellas con visión nocturna. En este contrato también se regulaban los vigilantes, los tornos, escáneres y la conexión con una central de alarmas. A partir de ese cambio, el personal de la empresa de seguridad adjudicataria pasó a ejecutar las directrices y órdenes que se dictan desde el Cecop, que analizó cuáles son las carencias en el monumento. 

El déficit histórico es el de un centro de control de videovigilancia, que nunca ha existido. El gobierno socialista ha incorporado 36 cámaras más que permiten vigilancia de 24 horas y graban en tiempo real, además de pasarse de 15 a 27 las personas de vigilancia.

Nuevos retos con la pandemia

La reapertura del monumento a mediados de junio, tras el cierre obligado por la pandemia, ha supuesto también un refuerzo de la seguridad privada, que ha pasado de 15 a 27 vigilantes, sin contar con el personal propio del Real Alcázar. Las nuevas medidas impuestas en la crisis del Covid implican otros retos para la gestión de la seguridad en el recinto monumenta. 

El Alcázar cuenta con dos seguridades que deben coordinarse. Por un lado está la que depende del Patronato, con el control de acceso en la puerta del León y en otras entradas, así como el personal de vigilancia que se encarga de ir dando paso a los turistas y visitantes. Y, por otro, está el área que depende de Patrimonio Nacional, cuyos responsables son miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, que se encargan de controlar toda la zona alta donde está la residencia real más antigua de Europa.

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