Tribunales

Condenado un padre de acogida por intentar abusar de una niña tutelada de 12 años

  • La Fiscalía y la acusación particular pidieron cinco años por abuso sexual, pero la Sala deja el delito en grado de tentativa

Un juicio en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, en una imagen de archivo.

Un juicio en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, en una imagen de archivo. / M. G.

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a un año y dos meses de cárcel a un padre "colaborador" de la Junta de Andalucía que intentó que lo masturbara la niña de doce años a la que tenía en acogida, aunque no lo consiguió porque la menor le retiró la mano.

En una sentencia a la que ha tenido acceso Efe, la Sección Séptima de la Audiencia condena a Juan Francisco E.G. por tentativa de abuso sexual a menor de trece años, le impone cinco años de libertad vigilada y le prohíbe durante cuatro años acercarse o comunicarse con la joven, a quien indemnizará con 2.000 euros.

El 19 de mayo de 2011, la Junta atribuyó al acusado y su esposa la condición de "familia colaboradora" de la niña, que estaba tutelada por el Servicio de Protección de Menores y vivía en un centro de acogimiento de Sevilla, aunque a partir de entonces pasó "gran parte" de los fines de semana y las vacaciones con esa familia.

En su exposición de hechos probados, el tribunal relata que en las Navidades de 2013 a 2014, la niña "se sintió inquieta" una noche porque "había relámpagos y tenía frío" y fue a buscar una manta al salón, donde estaba el procesado. La menor le dijo "papá, tengo frío" y él la tumbó a su lado y la arropó con la mesa camilla.

Después le hizo cosquillas por la espalda, "como había hecho en otras ocasiones", pero esa vez "comenzó a excitarse sexualmente" y primero pidió a su ahijada que le tocara los genitales y luego le cogió la mano "para dirigirla hacia su miembro viril". La niña, "al salir de su sorpresa", retiró la mano y se marchó.

Al día siguiente, el encausado entró en su cuarto, la besó y le acarició el pelo, por lo que ella, temiendo que "podía ocurrir lo mismo", se alejó al otro extremo de la cama. El acusado le pidió que lo perdonara y que no contara nada "porque podía arruinarle la vida".

La menor siguió visitando a la familia hasta agosto de 2015 y sólo reveló el hecho cuando una compañera de la residencia, con quien había reñido, la acusó de hacer "favores sexuales" a su "acogedor", de ahí que acabase explicando lo sucedido a la directora.

La Audiencia indica que la víctima "no tenía motivos para inventarse el incidente", ya que esa revelación "suponía quedarse sin apoyos, tanto de su familia como de la familia colaboradora". Además, "no quería perjudicar" su vínculo con la familia y había "normalizado" el intento de abuso, según expuso la directora de la residencia. "Todo el mundo se equivoca y yo le he dado una oportunidad", le dijo la joven a la psicóloga.

La Fiscalía y la acusación particular pidieron cinco años por abuso sexual, pero la Sala deja el delito en grado de tentativa al no considerar probado que la menor tocara el miembro viril del procesado.

La joven no refirió ese detalle ni a la psicóloga ni a la directora y fue años más tarde, en la exploración judicial y en el juicio, cuando dijo que sí llegó a tocarlo, según destaca la sentencia, facilitada por la oficina de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Los jueces entienden que la víctima "reelaboró" esa parte del relato y destacan que literalmente narró que "hubo como un abuso", expresión que consideran "claramente inducida por los conceptos aprendidos del proceso judicial". La Sección Séptima estima que el acusado ejecutó "actos de inequívoca lascivia" pero sin lograr "el contacto corporal deseado".

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