El Defensor de la Hispalense apoya el libre acceso a las salas de estudio
Ignacio Ugalde y su homólogo de la Olavide apelan a la Constitución para pedir que se acabe con el veto de los estudiantes de la UPO en las bibliotecas de la US
A los estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide les surgió ayer un aliado inesperado, y de primer orden, en sus movilizaciones para lograr el libre acceso a las salas de estudio y bibliotecas de la Universidad de Sevilla. El Defensor Universitario de la Hispalense, Ignacio Ugalde, y su homólogo en la UPO, Eduardo Gamero, firmaron y difundieron una declaración conjunta en la que reconocen el derecho de los matriculados en la Olavide a disfrutar de las bibliotecas de la Universidad de Sevilla y piden que se acabe con el veto que éstos han tenido hasta ahora en dichas instalaciones.
El texto es conciso y contundente, y seguro dará que hablar en el equipo de gobierno de la Hispalense. En él se afirma que "el derecho a la educación y el acceso de la cultura están reconocidos por la Constitución y deben beneficiar a todos los estudiantes", con independencia del centro en el que estén matriculados. Asimismo, se defiende que el uso del patrimonio de las universidades públicas andaluzas ha sido "costeado por todos los ciudadanos" y, por lo tanto, "su uso debe ser también general, con independencia de cuál sea la concreta universidad que lo gestione en cada momento". Por último, se anima a los dos rectores, Joaquín Luque (Hispalense) y Juan Jiménez (UPO), a que "resuelvan la situación y permitan el acceso a sus bibliotecas".
Con esta declaración, el Defensor de la Hispalense, un cargo elegido por mayoría absoluta en el claustro y que tiene absoluta independencia del rector, se suma a la moción aprobada la semana pasada por el Cadus (máximo órgano representativo de los estudiantes de la US) en la que también se pedía el fin de la discriminación de los no matriculados en la Universidad de Sevilla a la hora de acceder a sus salas de estudios, una medida que, según el equipo de gobierno de esta institución, se debe a la "superpoblación" universitaria en la ciudad. Un dato avala esta medida: frente a los 63.000 estudiantes que tiene la Universidad de Sevilla sólo se disponen de 1.573 plazas en salas de estudio, una escasez especialmente grave durante la temporada de exámenes.
Pese a que la pasada semana una delegación de alumnos de la Olavide, encabezada por Antonio Martín, la vicerrectora de Estudiantes de la Hispalense, Rosario Rodríguez Díaz, señaló que el problema no se podrá solucionar durante el presente curso, que ya da sus últimos suspiros. Eso sí, la vicerrectora dejó abierta la posibilidad de que durante 2009-2010 se reconsiderase la circular interna por la cual se limita el acceso a las bibliotecas de su universidad a los matriculados en la misma.
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