Dejemos hablar al viento

calle rioja

La nueva calle Fotógrafo Antonio del Junco hace esquina con Monzón

Francisco Correal

23 de octubre 2017 - 02:35

Dejemos hablar al viento. El título del bellísimo libro del uruguayo Juan Carlos Onetti serviría para titular esta historia. Las calles vecinas se llaman Levante, Tramontana, Monzón, Simún, nombres de vientos que acogen en el callejero a un nuevo vecino, la calle Fotógrafo Antonio del Junco, que antes de que construyeran el Colegio Claret era la calle Alisios. Ismael Yebra y Victoria llegaron en el 6 y se bajaron en la parada de Reina Mercedes junto a la Facultad de Ingeniería Informática. Ismael es un bético zamorano que disfruta con los goles de Sanabria. Este dermatólogo le puso la letra y Antonio del Junco las imágenes de un libro sobre los conventos de clausura. La apertura del alma entre bastidores del torno.

Fue uno de los libros del fotógrafo que metió en una maleta su cuñado, Julio Díaz Escudero, para como un visitador farmacéutico pasarse por los despachos de todos los grupos municipales. Todos por unanimidad apoyaron su iniciativa de una calle con el nombre de Antonio del Junco. Se rompía así el maleficio de los cuñados. El alcalde, Juan Espadas, delegó en el concejal de distrito, Joaquín Castillo, acompañado por Trinidad Camacho, directora del Distrito Bellavista-La Palmera, que en puertas de otro 28 de octubre suena a triunfo del PSOE sobre la UCD. El fotógrafo era el cazador cazado. No hizo ni una foto con el móvil, que sólo utilizó para leer su intervención. A veces, una palabra vale más que mil imágenes.

"A esta hora nació", decía María Teresa Vallejo, su madre, gaditana de Algeciras, ciudadana del 33. Fue un regreso a la infancia de babis y zapatos Gorila en el Claret. Antonio se fotografió con ocho de sus antiguos compañeros de clase. Javier Arenas lo fue por los pelos. Es el más joven del grupo porque cumple 60 años el 28 de diciembre. Por tres días sería del curso siguiente. El colegio al que fue Felipe González; el barrio donde vivían los Chaves. Calle para un sevillista en la Ciudad del Sol Verdiblanco, junto a los chalecitos de la Exposición del 29. Julio del Junco Vallejo es el hermano mayor de los hijos de Julio y María Teresa. Presume de ser el primer niño que nació en los pisos de los militares, en 1956. El fotógrafo nació en el Hospital de las Cinco Llagas.

Después fueron a celebrarlo al antiguo bar de la Falange donde su padre llevaba a tanto niño a ver Rintintín y a compartir Mirindas para dos. De los hermanos de Antonio, estuvieron Julio, Juan José, Mariló y Carolina. Pepe y Francisco estaban de viaje. Estuvo Pepe Caro, que siempre ha contado con Antonio del Junco para el calendario de los niños Down, colecciones de artistas, futbolistas, modelos, políticos. La calle empezó a llenarse de gente, corrillos que se mezclaban con el bullicio del recreo del Claret. Estuvo Olivia Sánchez, que fue profesora del colegio y coordina a los antiguos alumnos. El fotógrafo se acuerda de la guardería de doña Ángeles en la calle Uruguay y de los ladridos de los perros de los chalés cercanos.

Su hermano Julio pone la calle de Antonio del Junco como ejemplo de que la sociedad civil existe. El fotógrafo habló de tantos ciudadanos anónimos que merecen una calle. Anónimo Sevillano, es contrapunto de la vanidad. Ya tiene otro libro en cartera. Se titula El color de las naranjas. Dejemos hablar al viento.

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