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Sevilla

Estrecho, pero a la sombra

  • Los guías del Alcázar se quejan del poco espacio que ha quedado para organizar las tres colas que se forman para acceder al monumento

Los macetones preservan a los visitantes que aguardan para entrar en el Alcázar. Al lado, un coche policial vigila el entorno.

Los macetones preservan a los visitantes que aguardan para entrar en el Alcázar. Al lado, un coche policial vigila el entorno. / josé ángel garcía

Once de la mañana de un 24 de agosto. Al sol ya resulta imposible estar en la Plaza del Triunfo. Ni porque las máximas ronden los 40 grados deja de haber turistas en el enclave declarado Patrimonio de la Humanidad. Uno de los coches de caballos se encuentra aparcado junto a los maceteros que se colocaron el miércoles para reforzar la seguridad en la zona. "La poca sombra que teníamos nos la han quitado. Ahora hay que buscarla donde sea", dice su titular. Un coche de la Policía Local pasa justo a pocos metros y no le dice nada. "No me pueden recriminar. Saben que es la única opción de que no deje el caballo al sol. Nos podían haber avisado, al menos, del cambio", argumenta el cochero.

Los grupos de turistas transitan con paraguas por la Plaza del Triunfo. Buscan la sombra para detenerse a oír las explicaciones de los guías. A la mayoría le pasa inadvertida la colocación de los maceteros. No tanto la gran presencia policial en la zona. Dos furgones. Uno de ellos, perteneciente a la Unidad de Subsuelos, se encuentra aparcado delante de la Casa de la Provincia. El otro, en el acceso al monumento a la Inmaculada. De él bajan tres agentes armados. Vigilan la zona.

Al ser temporada baja, la cola para acceder al Alcázar es muy reducida. En un banco se encuentran sentados varios guías que trabajan en el palacio mudéjar. Agradecen las medidas de seguridad instaladas, pero consideran que pueden provocar futuros problemas de organización. "Ahora mismo, con este calor, vienen pocos visitantes. Pero cuando llega el otoño las colas que se forman para visitar el Alcázar son larguísimas", alerta una de las guías. Se trata de tres distintas. Una para visitantes individuales, otra para grupos y una tercera para los que han reservado su entrada por internet. "Con el pasillo tan estrecho que nos han dejado, no hay espacio suficiente para tal cantidad de turistas. Deberían alejar un poco más los macetones de la muralla", explica una de las encargadas de las visitas.

El Ayuntamiento asegura que la dirección del Alcázar fue informada desde el principio de la colocación de los macetones y de la nueva organización de la cola. Estos visitantes, por otro lado, no tendrán que permanecer al sol durante tanto tiempo, ya que a partir de ahora estarán resguardados por la sombra que aporta la muralla del palacio mudéjar. "Se trata de criterios exclusivos de seguridad en momentos de emergencia, de aplicación inmediata. Se les informa a los órganos afectados, pero no se acuerdan con ninguna plantilla de trabajadores", subrayan fuentes municipales.

Al margen de los obstáculos contra los ataques yihadistas, la Plaza del Triunfo presentaba ayer el aspecto habitual de todos los días. Gitanas vendiendo romero y los vehículos accediendo hasta la Puerta del León. En principio, la circulación no se va a cortar. Su prohibición o restricción se tomará, en todo caso, en la junta local de seguridad que se celebre a principios de septiembre.

Algunos empleados de los comercios cercanos admiten que ver a más policías "les tranquiliza", aunque no pierden el miedo a trabajar en "una zona de alto riesgo". La dependienta de Puro Azahar, un negocio que elabora de zumos -situado junto al Alcázar-, lo resume a la perfección: "Tenemos miedo, pero no nos podemos quedar ahora en casa. Hay que salir a la calle. Seguir con la vida normal".

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