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Evaluados a su pesar

Al menos 500 profesores de la Universidad de Sevilla se han quejado por el fondo y la forma de las encuestas con las que los alumnos califican su actividad docente

Un docente imparte clases en un aula de la Hispalense.
Luis Sánchez-Moliní

09 de abril 2011 - 05:03

El sistema de evaluación por parte de los alumnos de la actividad docente de los profesores de la Universidad de Sevilla sigue generando tensiones. Hasta el momento, el titular de la Facultad de Ciencias del Trabajo y representante de CCOO en la Junta de Personal de la Hispalense, Rodrigo Fernández, ya ha recibido más de 500 quejas de docentes de todos los centros que componen la institución, según ha indicado a este periódico.

Rodrigo Fernández, que está recopilando toda la información sobre las irregularidades que se están dando con este sistema que apenas tiene tres años de vida, comenta que la casuística es amplia: encuestas que se realizan cuando apenas se lleva una semana de clases de una determinada asignatura y/o con un escasísimo número de alumnos; interrupciones a mitad de las clases para encuestar a los alumnos; estudiantes que amenazan a los profesores con "echar por tierra" su evaluación si éste no les aprueba e incluso docentes que han recibido evaluaciones de asignaturas que no han impartido. Las encuestas son realizadas y analizadas por la empresa Centro Andaluz de Prospectiva.

Un profesor de la Hispalense consultado por este periódico comenta el perjuicio que supone para la actividad docente el que se interrumpa una clase a la media hora de haberse iniciado para proceder a la encuesta. "La primera vez que llegó una joven para realizarla a mitad de clase, consentí. Pero al día siguiente, en otra asignatura que imparto, volvió a presentarse una encuestadora y, tras consultarlo con los alumnos, decidí que no interrumpía la clase. No son formas". Es sólo un ejemplo de una actitud generalizada. Dicho docente había recibido una carta de la vicerrectora de Docencia, Julia de la Fuente Feria, de en la que se le informaba de que en un arco temporal que va desde el pasado 4 de abril hasta el próximo 20 de mayo recibiría la visita de la encuestadora, pero nunca se especificaba el día y la hora.

Por su parte, Rodrigo Fernández asegura haber sido testigo de cómo un estudiante amenazó a un profesor delante de sus compañeros con ponerle un cero en la evaluación (con lo que eso significa para la media de la encuesta) si no le aprobaba un examen en el que había obtenido una calificación de 3,5.

Otro problema que distorsiona el resultado final de las encuestas es la baja participación en muchos casos. Según el profesor Fernández, es frecuente la circunstancia en la que una asignatura con más de 100 alumnos es evaluada por apenas cinco de éstos

El problema va más allá de la comprensible incomodidad de un profesor al ser evaluado por sus alumnos y de los defectos de forma. Estas encuestas inciden directamente en el salario y, lo que es peor, en la carrera docente de un profesor. El Reglamento General de Actividades Docentes de la Hispalense, aprobado en 2009, lo deja bien claro. En el punto dos del artículo 73 se establece que "quienes hubieran obtenido calificación desfavorable en, al menos, tres de los cinco años de un quinquenio evaluable a fectos de los complementos retributivos nacionales o autonómicos, ligados a méritos docentes, no podrán ser propuestos para la percepción de dichos complementos". Es más, en el punto tres del mismo artículo se indica que los profesores con calificaciones desfavorables en dos ocasiones consecutivas "no podrán ser autorizados a impartir asignaturas de libre configuración ni enseñanzas propias en tanto no obtengan, tras la segunda evaluación desfavorable, dos evaluaciones favorables consecutivas". Para Rodrigo Fernández, esto significa que "el dinero y la carrera de los profesores dependen de unas encuestas cuyo rigor es más que cuestionable". Según los cálculos de Fernández, un profesor puede perder entre 300 y 600 euros mensuales si las encuestas se ceban con él. Eso sí, hay que tener en cuenta que, tal como establece el reglamento, las encuestas se complementan con los informes de los responsables académicos, incluido el del director de la Inspección de Servicios Docentes, sobre los objetivos cuantificables de la docencia.

Fernández recuerda que, en su momento, la encuesta de calidad también se realizaba al personal de administración y servicios (PAS), pero que, debido a las bajas calificaciones que éstos recibían por parte del profesorado, se optó por eliminarla.

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