Gestación Subrogada

Familias que rompen fronteras

  • Un matrimonio, Marcos y Manuel, explica el largo camino recorrido para ser padres de cuatro pequeños.

"Queríamos ser padres, pero no a toda costa". Manuel López comienza con estas palabras a relatar la historia de su familia, la que ha formado junto a su marido, Marcos Rodríguez, su pareja desde hace ya 30 años. Se casaron en octubre de 2005, poco después de entrar en vigor la ley que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo, y son padres de cuatro hijos.

Disfrutar una gran familia no ha sido fácil para ellos y otras muchas parejas acuden a su consejo ante el vacío legal existente en España sobre la gestación subrogada, una opción popularmente conocida como vientre de alquiler, que no está prohibida pero tampoco regularizada en nuestro país. Ante el fuerte deseo de tener hijos, un creciente número de parejas españolas viajan a EEUU, donde la gestación subrogada está normalizada. Para visualizar este problema, así como el limbo legal en que llegaron a estar sus hijos durante años, Marcos y Manuel, junto a otras familias, celebraron este miércoles una mesa redonda en la Fundación Cajasol organizada por la Asociación DeFrente. Para estas familias resulta "fundamental una ley que regule estos procesos y que dé garantías como es el caso de la legislación de EEUU".

Todo comenzó con un profundo deseo de ser padres. "Al principio, optamos por la adopción e iniciamos los trámites, pero nos rechazaron", recuerda Manuel. El tesón de esta pareja les llevó a recurrir y a tratar de lograr la idoneidad para adoptar un niño. Era el año 1996. "Todo entonces era muy distinto, ni siquiera existía el matrimonio entre homosexuales", recuerdan. Ante la negativa de la administración recurrieron a la Justicia, donde ganaron la sentencia frente a la Administración andaluza por homofobia. "Si hubiéramos tramitado la adopción cada uno en solitario sí nos habrían dado entonces la idoneidad; pero como pareja, nos rechazaron", recuerda Marcos. Ante aquella negativa se sintieron discriminados y ganaron el caso en los tribunales. Pero su lucha por formar una familia no terminó ahí. "A través de un programa de televisión escuchamos en qué consistía la gestación subrogada y tras informarnos de todo lo posible decidimos ir a EEUU. El primer viaje lo realizamos en el año 2000", recuerda Manuel.

Un viaje tras otro les llevó hasta California, donde dejaron todos sus ahorros. Para hacer frente a los procesos de gestación subrogada vendieron dos apartamentos. "Dedicamos todos nuestros ahorros y la familia también nos ayudó", recuerdan. Esta pareja no quiere hablar del coste de ser padres. "No hemos hecho números porque tener un hijo no tiene precio", comenta Manuel.

Cada proceso de gestación subrogada en EEUU supone desde 60.000 a 120.000 dólares que están dedicados a la agencia, la asistencia médica de la gestante, una compensación para la mujer que tiene el niño, psicólogos, etcétera. En este proceso participan una donante del óvulo y una mujer que se presta a quedar embarazada. "Las agencias que se dedican a estos procesos siguen unos requisitos muy exhaustivos y estudian a fondo psicológicamente a las mujeres que participan", explican. Uno de los requisitos es impedir motivaciones económicas por parte de las gestantes. "Estudian su situación y no aceptan mujeres que realicen la gestación subrogada por dinero", añaden.

Tras ocho intentos mediante este sistema en EEUU, Manuel y Marcos estuvieron a punto de tirar la toalla. "Fue cuando mi hermana quiso ayudarnos a seguir adelante. Ella es enfermera y conoce todos los procedimientos. Quiso ser nuestra donante de óvulo", relata Marcos. Al noveno intento el embarazo prosperó. Julia y Lucía, hermanas mellizas, tienen ahora nueve años. "Fue un momento muy emocionante", recuerdan sus padres.

La mujer que dio a luz a las pequeñas, Micela, es madre de dos niños, y "mantenemos un vínculo muy especial con ella". Marcos y Manuel explican que las mujeres que "prestan su útero para que otros sean padres tienen que cumplir muchos requisitos psicológicos porque deben ser conscientes de que ellas no son las madres biológicas, se trata de un proceso de reproducción asistida más".

Tras nacer Julia y Lucía comenzó otra batalla para esta familia: el reconocimiento como hijas de Manuel y Marcos. "Tardamos cinco años en registrar a nuestras niñas", subrayan.

Marcos y Manuel son probablemente la primera pareja española en tener hijos por gestación subrogada, una alternativa por la que, al menos, 300 parejas ya han optado. Estas familias integran una plataforma en el ámbito nacional, Son Nuestros Hijos, a través de la cual luchan para lograr más reconocimiento mediante nuevas leyes sobre su situación y la de sus hijos.

El boom de la gestación subrogada entre la población homosexual española se produjo entre 2008 y 2010. Con la presión de las primeras familias que utilizaron este sistema, la Dirección General Registros y Notarios publicó en 2010 una instrucción en la que insta a los consulados españoles en países extranjeros a reconocer y registrar a los hijos de parejas nacidos mediante la gestación subrogada siempre y que cumplan una serie requisitos, como es el certificado judicial necesario en estos procesos.

Tras ver nacer a Julia y Lucía, sus padres quisieron repetir la experiencia y lo lograron años después. Nació Manuel. Con tres hijos, la familia volvió a crecer el año pasado, con la llegada del más pequeño, tras un proceso de adopción nacional. "Nos queremos mucho". Es el resumen de la historia de Marcos y Manuel, que quieren expresar la felicidad que viven con sus hijos en Aznalcázar. Además, "nos sentimos muy arropados por el pueblo", añaden.

La mesa redonda que este miércoles se celebró en la Fundación Cajasol también contó con la presencia de una mujer gestante subrogada, Jessica Ann Conen, californiana de 35 años y madre de un hijo. "Participé en este proceso y tuve un niño para una pareja andaluza. Lo hice para ayudar a otra pareja. Tengo amigas con muchos problemas de fertilidad y he vivido con ellas el desgaste emocional que ello supone. Ser madre subrogada ha resultado ser una experiencia muy gratificante y no descarto repetir", explica esta mujer.

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