La Hispalense 'chupa' más de 113 toneladas de CO2 al año

Las zonas verdes de la Universidad de Sevilla se convierten en uno de los pulmones de la ciudad

Una investigadora manipula uno de los aparatos conocidos como IRGA.
Luis Sánchez-Moliní

05 de febrero 2014 - 05:03

Las zonas verdes de la Universidad de Sevilla absorben al año más de 113 toneladas de dióxido de carbono (CO2), el principal gas responsable del calentamiento global. Así lo afirma un estudio de la Oficina de Sostenibilidad de la Hispalense realizado por los investigadores Manuel Enrique Figueroa, Sara Muñoz Vallés y Jesús Cambrollé que se ha convertido en el primero en su género realizado por una universidad europea y que pone de manifiesto el "compromiso" de la Hispalense "en la lucha contra el cambio climático en materia de mitigación y adaptación, tal como establecen las directrices del protocolo de Kioto", afirman fuentes universitarias.

En concreto, los árboles y arbustos de las 10,9 hectáreas de las zonas verdes de los campus de la Universidad de Sevilla absorben anualmente un total de 113,3 toneladas de CO2, lo que la sitúa "al nivel de una pequeña ciudad". Incluso más si se tiene en cuenta que, según un estudio piloto sobre la capacidad de secuestro de dióxido de carbono de los sistemas verdes de los núcleos urbanos andaluces, el Viso del Alcor chupa al año 79,3 toneladas; Vejer de la Frontera (Cádiz), 61,1 toneladas; y la Carlota (Córdoba) 46,3. De las ocho localidades andaluzas (una por provincia) analizadas en este estudio, sólo Punta Umbría (Huelva), con 176 toneladas al año, absorbe más CO2 que la Universidad de Sevilla.

"Estamos hablando de que nuestras zonas verdes capturan una media aproximada de 10 toneladas de CO2 por hectárea y año, un dato bastante notable y sólo superado por sumideros muy importantes como las selvas, algunos cultivos o bosques muy espesos", aseguró a este periódico el director de la Oficina de sostenibilidad de la Hispalense, Manuel Enrique Figueroa, quien también reconoce que "ahora nos queda medir cuáles son las emisiones de CO2 de la Universidad para saber si se arroja un balance positivo o negativo y tomar las medidas correctoras para hacer unos campus que contribuyan a la sostenibilidad".

La alta capacidad como sumidero de dióxido de carbono de la Hispalense se debe a que dedica el 23,3% de sus 47 hectáreas a zonas verdes de "alta calidad ecológica". Según los datos facilitados por la institución académica, este sistema verde está compuesto por 2.371 árboles de 103 especies distintas, así como por 2.163 ejemplares de arbustos libres de 88 especies. También cuenta con "6.350 metros lineales de especies leñosas establecidas en forma de setos, plantas y similares".

En este sentido, es importante comprender que las plantas, al mismo tiempo que absorben dióxido de carbono, desprenden a la atmósfera oxígeno. Es decir, que las zonas verdes son fundamentales en una ciudad debido a su condición de pulmones que garanticen una calidad ambiental aceptable.

Entre los árboles que pueblan los campus de la Hispalense, las especies más frecuentes son el naranjo y la jacaranda, "que aparecen en nueve de los 11 campus evaluados. Les siguen el ciprés, el laurel, la palmera canaria y el plátano de sombra, que aparecen en ocho de estos campus", se afirma en el informe de la Hispalense.

Por su parte, la lantana y la rosa sevillana, que aparecen en nueve de los 11 campus, son los arbustos más recurrentes. Les siguen la buganvilla, el pacífico, el jazmín y el romero, así como el euónimo y la adelfa. "Los campus que han destacado por presentar una mayor abundancia de árboles y arbustos han sido el Colegio Mayor Santa María del Buen Aire, el Campus Reina Mercedes, las instalaciones de Bermejales del Servicio de Actividades Deportivas (Sadus) y el Campus Central (Fábrica de Tabacos)", se asegura en el trabajo.

Las mediciones de captación del CO2 se han realizado con un aparato de última generación conocido como IRGA.

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