"La Reumatología tiene mucho que decir en pacientes con dolor musculoesquelético"
Manuel Baturone | Mejor reumatólogo de España en 2022 según Doctoralia
El especialista sevillano valora este reconocimiento como "una palmadita en la espalda" tras muchos años trabajando en pro de una atención global y personalizada
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El reumatólogo sevillano Manuel Baturone pasó del Hospital Militar a su boutique de atención personalizada en Viapol, como él mismo define su consulta. Fue de los primeros reumatólogos militares en este centro hospitalario desde sus inicios, donde, asegura, encontró "el hueco perfecto para ejercer su vocación" en una especialidad "poco conocida". En 1989, con el cambio de paradigma de la asistencia sanitaria al colectivo militar, decidió abrir su propia consulta privada en Sevilla.
Dice que siempre tuvo claro que quería ser reumatólogo. "Cuando acabé la carrera en los años 80 se empezaron a abrir camino nuevas expectativas terapéuticas para problemas reumáticos y yo vi en esta especialidad un campo muy apasionante", cuenta. Lo que no sabía es que el destino tenía reservado para él un hueco en la élite de la reumatología en España. Sus pacientes y compañeros de profesión lo han convertido en el reumatólogo mejor valorado de España, según la plataforma Doctoralia. "Creo que he hecho un poco de trampa porque llevo 34 años en la profesión y me conoce todo el mundo y tengo muchísimos pacientes", bromea.
–¿Siempre tuvo claro que quería especializarse en Reumatología?
–Sí. La Reumatología era una gran desconocida en la formación pregrado y yo veía a los pacientes que no tenían una solución a sus problemas. Había mucha ortopedia y mucha operación de prótesis, pero el enfermo del aparato locomotor, el que se curaría con un diagnostico y un tratamiento médico, no tenía respuestas. Tampoco había terapias para esas enfermedades. Entonces empezaron a aparecer en los años 80, que fue cuando yo acabé la carrera, nuevas expectativas terapéuticas para este tipo de problemas y yo vi que era un campo muy apasionante. Siempre me gustó la Medicina Interna y, al ser ésta una rama demasiada amplia para abarcarla por completo, me decidí por la Reumatología.
–¿Qué tiene de especial este área?
–Yo diría que el poder salvar al paciente afectado por un problema crónico de un pronóstico que, en el decir popular, aboca a lo que llamamos patología sin solución como puede ser el reuma. La Reumatología da respuestas en forma de tratamientos mantenidos en el tiempo pero con los que el paciente puede vivir con esa patología sin sufrir ninguna consecuencia. Eso es lo que ofrece la Reumatología.
–¿Qué cree que han valorado para convertirlo en el mejor reumatólogo de España?
–Ahí creo que he hecho un poco de trampa porque llevo 34 años en la profesión y me conoce todo el mundo y tengo muchísimos pacientes (bromea). Yo creo que lo que más carga ha tenido en mi caso es la opinión sobre la atención que doy como profesional sanitario. Al final te conviertes en una especie de asesor del paciente. Yo creo que eso es lo que más me han valorado a mí, la atención global que le doy al paciente, más allá de la especialidad.
–¿Qué importancia tiene para usted este premio?
–Ya es el segundo año que Doctoralia me otorga este reconocimiento. Yo siempre digo que no es un premio de la crítica, pero sí es un premio del público. Me lo tomo como una palmadita en la espalda a la forma en la que trabajo, en la que me gustaría ser pionero con una atención personalizada y global. Después de tantos años de trabajo, lo veo como un reconocimiento del público en general y también es un apoyo de los compañeros.
–¿Cómo es ese trato con el paciente que ha experimentado a lo largo de su trayectoria?
–El paciente es un elemento de la sociedad y la sociedad, no hay duda, está en continuo cambio. Hay un problema, que es la colectivización de la medicina privada por un boom de usuarios que ha podido provocar ciertos tapones en la asistencia, pero lo que siempre nos distingue es la inmediatez que tenemos en el trato con el paciente y la cercanía. Se siente acompañado por el profesional en su enfermedad.
–¿Siempre ha trabajado en la sanidad privada?
–Yo fui médico militar mucho tiempo. Fui reumatólogo del Hospital Militar de Sevilla, donde encontré el hueco perfecto a mi vocación porque no había especialistas de este perfil. Cuando hubo el cambio de paradigma de asistencia del colectivo militares, que pasaron a depender del sistema nacional de salud o a las compañías de seguro libre, me volqué en la medicina privada. Monté mi consulta en 1989 y ahí sigo, en el mismo sitio. Yo siempre digo que sigo teniendo una consulta privada de toda la vida con atención personalizada tipo boutique.
–¿Cree que es consciente, tanto la sociedad como las administraciones, de la labor de los reumatólogos, así como de la prevalencia de las enfermedades reumáticas?
–No, ni mucho menos. El plan de atención de aparato locomotor, es decir, el plan de atención del dolor crónico, no oncológico, en el Servicio Andaluz de Salud no tiene unas directrices claras y hay muchos profesionales implicados en el problema. El reumatólogo está en la medicina publica inmerso en el tratamiento de enfermedades que tendrían que tratar otros especialistas y sus enfermedades están muchas veces fagocitadas por otras especialidades. No están claros nuestros límites. Quizás porque somos pocos y no tenemos esa presencia que deberíamos tener en la sanidad en general y nos queda mucho en adelante, sobre todo, en beneficio del paciente. La Reumatología tiene mucho que decir ante los pacientes que tienen dolor en el sistema musculoesquético.
–¿Ser médico es un trabajo gratificante?
–Por supuesto. Yo no entendería mi vida sin ser médico. La vida en si misma está marcada de momentos que siempre se ajustan a los tres pasos que tiene el desarrollo de una enfermedad, antecedentes, anamnesis, exploración y tratamientos. Si se fija, en cualquier problema que pase se aplica ese esquema mental.
– ¿Y frustrante?
- Claro, en la línea de que todas las expectativas que pongas, no se cumplan. Eso puede ocurrir, sobre todo, en las personas que están empezando. Eso es un gran problema. El que no llega a ver todas esas bondades que le he descrito anteriormente te hace llegar a la frustración. También hay determinadas circunstancias que te pueden hacer sentir frustrado como el trato con pacientes que no te han salido las cosas como pensabas. En mi caso es la lucha despiadada con el envejecimiento. Es la parte más degradable en la larga profesión que se puede tener como médico, que se va deteriorando la salud, eso es frustrante, pero lógico.
- La investigación es un pilar fundamental en la Reumatología. En esta línea, ¿hacia dónde van encaminados los avances en esta especialidad?
- Ya le hemos doblado el brazo a las enfermedades autoinmunes y a las inflamatorias. En ese segmentos de las patologías de nuestra especialidad, le estamos ganando el pulso porque hay unos tratamientos que desde principio del siglo XXI, que supuso un cambio de paradigma y fue una cosa impresionante. El gran reto que hay en la especialidad en la actualidad son las patologías del tipo involutivo, en concreto artrosis, osteoporosis y todo lo que conlleva el deterioro por la edad o por el uso. Ahí no tenemos una respuesta tan buena como tenemos en las autoinmunes o inflamatoria, en general.
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