Sevilla

Martínez Montañés y la Magdalena: una vinculación de casi un siglo

  • El martes 4 de diciembre se inaugura en la parroquia una exposición en la que, además de esculturas, se mostrarán los documentos relativos al imaginero.

La Virgen de la Encarnación expuesta en Alcalá la Real.

La Virgen de la Encarnación expuesta en Alcalá la Real. / J. P.

No sólo de Murillo vive Sevilla. Ni la Magdalena. La señorial parroquia acogerá entre el 4 de diciembre y el 6 de enero una pequeña, pero muy interesante exposición, sobre su intensa relación con el imaginero Juan Martínez Montañés. Como ya hizo para recordar su vinculación con el pintor de las Inmaculadas, de cuyo nacimiento se han cumplido cuatro siglos, la Magdalena quiere hacer lo propio con este otro feligrés ilustre, que nació hace 450 años en Alcalá la Real (Jaén), pero que mantuvo una filiación familiar con la parroquia que se extendió durante casi un siglo. Sus comisarios son José Roda Peña, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla; y Aurora Ortega, archivera y documentalista de la parroquia.

En la exposición, que se abrirá con una conferencia del historiador Manuel Jesús Roldán y Aurora Ortega, se podrán ver las obras que Martínez Montañés realizó para el templo, como San José y el Niño y la Virgen de la Encarnación, una Dolorosa que según los historiadores realizó para la Hermandad de la Quinta Angustia, pero que se encuentra muy reformada. Esta talla ha sido recientemente restaurada para la exposición que se ha celebrado en su localidad natal. Además de estas obras, en la muestra se podrán ver importantes documentos que narran la vinculación de los Martínez Montañés con el templo.

Documento de la boda de Martínez Montañés y Catalina de Salcedo o de Sandoval. Documento de la boda de Martínez Montañés y Catalina de Salcedo o de Sandoval.

Documento de la boda de Martínez Montañés y Catalina de Salcedo o de Sandoval. / M. G.

“El primer documento que se conserva de Martínez Montañés es de 1598, en el que se recoge el nacimiento del segundo hijo de su primer matrimonio, con Ana de Villegas. Desde ahí tenemos noticias de que sus hija siguen viviendo en la collación, en la calle San Pedro Mártir, hasta 1682”, explica Aurora Ortega. En 1598, Martínez Montañés se instala en la calle de la Muela, actual O’Donnell. Antes, según ha podido comprobar la archivera, estuvo afincado en la collación de San Vicente: “He encontrado un documento inédito en San Vicente con el nacimiento de su primera hija, Juana, en 1588. El matrimonio con Ana de Villegas es también en esa parroquia”.

Inscripción de su hijo Fernando. Inscripción de su hijo Fernando.

Inscripción de su hijo Fernando. / M. G.

En 1613, Martínez Montañés enviuda y, a los ocho meses, contrae de nuevo matrimonio con Catalina de Salcedo o Sandoval (utilizaba indistintamente los apellidos paterno y materno). “Tiene que pedir una dispensa papal porque tenían una vinculación de tercer o cuarto grado. Seguramente sería su prima. Todo eso está perfectamente recogido. Este documento de matrimonio es el primero que se conserva de su segunda familia”, apunta la archivera.

La excomunión de Hermenegildo, su hijo sacerdote. La excomunión de Hermenegildo, su hijo sacerdote.

La excomunión de Hermenegildo, su hijo sacerdote. / M. G.

Martínez Montañés comienza a tener hijos con Catalina muy pronto. En total tuvieron siete. Se podrán ver en la exposición los documentos del relativos al nacimiento del primero, Fernando, y el último, Hermenegildo. “Los hemos elegidos a ellos por ser significativos. Fernando fue muy importante, fue relator de la Real Audiencia; a Hermenegildo lo tuvo con 71 años y fue sacerdote. Tiene una historia curiosa porque fue excomulgado durante un tiempo por no pagar el subsidio”. Este documento también se guarda en el archivo parroquial.

El último libro en el que aparece Martínez Montañés es el que recoge su defunción, acontecida el 18 de junio de 1649 como consecuencia de la peste. “Ese mismo día murieron otra diez o doce personas en la Magdalena. Creo que se ha exagerado mucho la incidencia que la epidemia tuvo en Sevilla. En la Magdalena fallecieron poco más de 700 personas”, indica Aurora Ortega. Fallecido el maestro, la Magdalena conserva un libro con el padrón de 1656 en el que aparece toda su familia.

El libro en el que se recoge la muerte de Martínez Montañés. El libro en el que se recoge la muerte de Martínez Montañés.

El libro en el que se recoge la muerte de Martínez Montañés. / M. G.

La archivera de la Parroquia de la Magdalena detalla otros detalles curiosos de la familia de Martínez Montañés gracias a la investigación que mantiene en los documentos desde hace varios años. Un hecho significativo es que Fernando, su hijo mayor, y el resto de los varones piden ser enterrados en el Santo Ángel, donde se encuentra el Cristo de los Desamparados. Por su parte, su mujer e hijas se decantan por el convento de la Merced: “Creo que esto apoya de manera decisiva la atribución que fray Juan Guerrero hace del Señor de Pasión. Tantos los hombres como las mujeres quieren ser enterrados en lugares con obras de su padre”.

San José y el Niño, parroquia de Santa María Magdalena. San José y el Niño, parroquia de Santa María Magdalena.

San José y el Niño, parroquia de Santa María Magdalena. / D. S.

La última pista que se tiene de la familia es del año 1682, cuando las hijas viven en una casa en San Pedro Mártir, calle que no ha cambiado su nombre.

Más allá de Martínez Montañés, Aurora Ortega destaca la cantidad de personajes ilustres que estaban fuertemente vinculados con la parroquia de la Magdalena, como lo atestigua su archivo: “Entre 1646 y 1649 te encontrarías escuchando misa un domingo a Martínez Montañés, Zurbarán o Murillo”.

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