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Sevilla

Nuevas quejas vecinales por trapicheo y peleas en la Macarena

  • Los vecinos constatan un foco de problemas en la avenida Doctor Fedriani

La avenida del Doctor Fedriani.

La avenida del Doctor Fedriani. / Juan Carlos Muñoz

Los problemas de convivencia en la Macarena no son algo nuevo ni mucho menos. Han ido a más en los últimos años y ni siquiera la pandemia ha conseguido frenarlos. Antes de la llegada del coronavirus, uno de los focos principales de problemas estaba en la zona próxima al albergue. Sin embargo, en las últimas semanas, han sido varios los vecinos de la avenida Doctor Fedriani que se han puesto en contacto con este periódico para denunciar el hartazgo que padecen ante una situación que parece imposible de solucionar.

Ni siquiera la Policía, que acude a las llamadas, ha podido impedir que en esta avenida se ocupen locales, se vendan drogas, se beba alcohol en plena calle y se increpe a los vecinos que reprochan algo a quienes se comportan de manera tan incívica. Como actualmente hay obras en la avenida, las personas que beben y fuman en la calle tienen copada prácticamente la anchura de la acera, y algunos vecinos temen enfrentarse a ellos. Aseguran que algunos de estos individuos han llegado incluso a echar a palos a los antiguos gorrillas que se colocaban por esta zona. Y hay quienes están continuamente yendo a comprar estupefacientes al cercano Polígono Norte para luego revenderlos en plena calle.

La obra de la acera, que está generando más problemas de convivencia. La obra de la acera, que está generando más problemas de convivencia.

La obra de la acera, que está generando más problemas de convivencia. / Juan Carlos Muñoz

Los residentes denuncian que uno de los focos más activos está en torno a los número 31 y 33 de la avenida Doctor Fedriani. La suciedad es continua en esta zona, en la que es habitual que a cada momento se improvisen tertulias de personas de mala vida, litro de cerveza en una mano y porro en la otra. Los coches aparcados se convierten también en barras de bar sobre la que apoyar las bebidas, que a veces pasan de la cerveza al vaso largo, una botellona en toda regla. La obra de la acera pasa a ejercer las funciones de vertedero, donde terminan las latas, botellas de refresco y los cartones de vino.

Las peleas entre estas personas son continuas, y en concreto hay un hombre que suele ir armado con un palo y no duda en usarlo contra los demás. En más de una ocasión, los viandantes han pasado rozando a los contendientes de alguna de estas trifulcas, dada la estrechez de la calle, y han estado a punto de llevarse algún palo o botellazo. Los residentes están desesperados ante esta situación, que se ha agravado en las últimas semanas.

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