Educación · Las consecuencias del cambio de temario en las oposiciones

Opositores, cuatro meses perdidos

  • Los aspirantes a una plaza docente muestran su indignación con la orden del Gobierno por el dinero y el tiempo empleados desde octubre.

La sensación de haber perdido el tiempo. Ésta es la percepción común que este miércoles tenía la veintena de opositores que se concentraron ante la sede de la delegación provincial de Educación de la Junta tras conocer que el día anterior el Gobierno había cambiado -sin previo aviso- el temario previsto para las pruebas de acceso a la función pública docente que en Andalucía se celebrarán en junio. La manifestación, convocada a través de las redes sociales, fue una de las primeras protestas que estos aspirantes piensan llevar a cabo al considerar que la nueva orden obedece al pulso político que la administración central y regional mantienen, una batalla política donde los principales perjudicados son ellos.

Carmen Espinar fue una de las participantes de esta concentración. A sus 31 años será la segunda vez que se presente a unas oposiciones a docente. La primera fue en 2006. En aquella ocasión regía el mismo temario que el martes restableció el Gobierno. Ha dejado su trabajo como cajera para preparse estas pruebas. Paga cada mes 150 euros en una academia. Su especialidad es la de lengua y literatura. Se enteró de la derogación a través de una amiga. No salía de su asombro. "Es una falta de respeto", expresa Espinar, quien ya llevaba el temario bastante adelantado. Se trata del tercer cambio en lo que va de curso. Al principio empezaron a estudiar los borradores que había pasado el anterior Ejecutivo antes de que aprobara el temario el 15 de noviembre (a cinco días de las elecciones generales). Luego vino una rectificación que supuso otra modificación y ahora, vuelta a los antiguos. "No sólo cambian los contenidos, la mayor variación es el enfoque y la estructura", señala esta opositora.

Daniel López se encuentra en la misma situación. Tiene también 31 años y comparte con Espinar la especialidad: lengua y literatura. La academia a la que acude le comunicó el martes el cambio de temario. "En ese momento me di cuenta de que los meses que le he dedicado a esto no servirán para nada". López estudia una media de cinco horas diarias, a lo que hay que sumar la asistencia a los cursos de formación con los que obtiene puntos que le servirán para la baremación una vez que apruebe las oposiciones, en las que lleva gastados 1.500 euros. "La actitud del Gobierno es voluntaria y caprichosa, no tiene en cuenta los fines educativos, sino los intereses políticos sin pensar en los ciudadanos", añade este joven, para el que volver al temario de 1993 no tiene ningún sentido en tanto que en su especialidad ha habido cambios "importantes" durante estos años, como los avances en normativa lingüística, que no recogen esos contenidos.

Pero si ha habido una especialidad en la que se ha avanzado especialmente ha sido la de Ciencia. Alexandra Shrisney es otra de las aspirantes a lograr una plaza en Biología y Geología. Asegura que en estos 19 años se han desarrollado conceptos nuevos como el del genoma humano, los transgénicos o la investigación con células madre. Sin embargo, dichos contenidos fueron los establecidos para las últimas oposiciones a Secundaria, celebradas en 2010, hace sólo dos años.

Patricia Martínez, de 27 años, es otra de las perjudicadas por la derogación. Su especialidad en inglés se ha visto seriamente afectada, ya que, según explica, los epígrafes del temario de 1993 son muchos más generales que los aprobados por el Gobierno socialista en otoño, que contenían apartados más concretos. La única opción que le queda es seguir estudiando, "aunque no sé cómo lo haré en menos de cinco meses".

El número de opositores -aunque todavía no haya una cifra oficial al no haberse abierto el plazo de solicitudes- puede superar los 30.000 si se tienen en cuenta los aspirantes que concurrieron a las últimas pruebas.

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