Obituario

Ha muerto Pepe Hidalgo, el cabo Tambor de la Centuria Macarena

  • Muere a los 78 años el mítico jefe de la banda de la centuria de los armaos de la Macarena

Pepe Hidalgo, con la Centuria Macarena

Pepe Hidalgo, con la Centuria Macarena / Emilio Sáenz

Se sabe que Bach consiguió adentrarse en el lenguaje de Dios, pero hay momentos en los que ante el sonido de un tambor todos los pianos, laúdes y violines enmudecen estremecidos. Eso ocurre con la hermandad de la Macarena en la calle, teología de las entrañas. El tambor se hace piano con las notas de réquiem para certificar que ha muerto un macareno de los pies a la cabeza. José Hidalgo López (1941-2019), durante muchos años cabo tambor de la centuria de los armaos de la Macarena, se ha ido con 78 años.

Músico vocacional y autodidacta, había sido "el mejor maestro tambor que ha tenido la centuria en toda la vida", en palabras de José Manuel García, ex hermano mayor de la Macarena, que durante sus dos mandatos lo tuvo al frente de la mítica banda de cornetas y tambores con la que salió de forma ininterrumpida durante cincuenta años.

Sevillano de la calle Relator, era expansivo como Roma y cruzó el puente para casarse con una trianera, Carmen, que le faltaba desde hace dos años. Ingresó en la Centuria Macarena en 1968, cuatro años después de la coronación canónica de la Virgen. Hasta la última primavera dirigió los ensayos de la banda chica (Juvenil) en la explanada del Parlamento y de la banda grande en Pino Montano.

Currante nato, con catorce años empezó a trabajar de pinche en una obra. Con 17 entró en Bodegas Peinado, primero en la calle Velázquez y después en la Resolana, mucho más cerca de la Basílica, hasta que el inmueble fue adquirido como sede de la Once. Estuvo un tiempo de cobrador de la hermandad. Su otra personalidad era la deportiva. Muy joven, marchó a Cataluña para ganarse la vida como futbolista. Jugó en el Reus y en el San Andrés, entonces un gallito de Segunda División. Estuvo a punto de fichar por el Español, "pero me volví a Sevilla porque para entrenar es como si aquí viviera en la Macarena y tuviera que ir hasta Villarrasa a entrenar", contaba a este periódico en una entrevista en el bar La Centuria, entre la Encarnación y Regina. Durante ocho años, entrenó al equipo de La Oliva.

Dejó el fútbol, pero mantuvo el espíritu de equipo para ir ganando galones en la banda de la centuria, donde se mereció a pulso el sobrenombre de cabo Tambor. Hermoso desagravio para quien no hizo la mili por hijo de huérfano, aunque lo convalidó al frente de las legiones de la Sevilla más romana. "Ni Roma ni nada, como la Macarena ninguna", decía quien acompañó durante tantas Madrugadas al Sentencia, sintiéndose "más de la Virgen".

"Mi primer tambor fue una lata de cinco kilos de manteca Arias", contaba en una entrevista. En el colegio de Santa Marina durante los recreos observaba los ensayos de la banda colegial. Empezó en la banda de los Moritos, que salía el día de los Reyes Magos. En una nota, la hermandad de la Macarena dice que lo distinguía "un redoble único y absolutamente reconocible".

Decía que ser armao de la Macarena era "lo más bonito y lo más sacrificado. Eso sí que es hacer penitencia". En sus credenciales personales llevaba escrita esta devoción: hijo de carpintero, sus hijos se llaman José y Macarena y a uno de sus nietos lo bautizaron Jesús de la Sentencia. Su primera experiencia musical fue en la banda La Giralda, que consideraba un vivero para la Centuria. El primer paso al que acompañó con música fue a la Hiniesta de San Julián. Ha sido un referente de muchas vocaciones, les hizo saber que no había Rosa de San Gil sin espinas, sin sacrificio. "No se puede ser coronel antes que soldado", solía decir a quienes tenían mucha urgencia por entrar en la Centuria. Reprendía a aquellos padres que presionaban para que sus vástagos entraran en la banda "como si la Centuria fuera ir a Eurodisney".

"Creo que al Pepe Hidalgo músico lo supera con creces el Pepe Hidalgo macareno", ha dicho José Antonio Fernández Cabrero, hermano mayor de la Macarena, que destaca la ayuda que Pepe Hidalgo le prestó cuando era consiliario de Juventud y Formación para que los niños y jóvenes de la Centuria se integraran en la hermandad o para acudir con la banda de música de la Macarena a tocar ante los reclusos de la cárcel un Sábado de Pasión.

El funeral por Pepe Hidalgo tendrá lugar mañana martes en la Basílica Macarena a las 08:15.

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