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La Plaza de la Magdalena será semipeatonal en el plazo de un año

  • El grupo Millenium, que promueve el hotel de cinco estrellas en la zona, asumirá el 50% de los costes de reurbanización 

  • Se trasladarán las actuales paradas de autobús y se eliminarán los aparcamientos de motos, que ahora dificultan el tránsito peatonal

  • El proyecto de ejecución y reordenación todavía se está cerrando 

Una recreación de cómo quedaría la Plaza de la Magdalena, tras el proyecto de peatonalización que se ha planteado.

Una recreación de cómo quedaría la Plaza de la Magdalena, tras el proyecto de peatonalización que se ha planteado. / M. G.

La Plaza de la Magdalena podría ser semipeatonal en el plazo de un año, en concreto, para el segundo trimestre de 2020.

Es cuando el Grupo Millenium, que se ha comprometido con el Ayuntamiento a financiar parte del coste de esa transformación urbana, tiene previsto tener terminado el hotel de cinco estrellas que construye en la zona y que ocupará dos edificios: el del antiguo Corte Inglés, cuyas obras están avanzadas, y el contiguo de Rioja 26, para el que acaba de obtener licencia de demolición.

Así lo ha avanzado este viernes el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, que junto al consejero delegado de Millenium, Javier Ilán, participaron en un acto en el que se dieron más detalles del establecimiento      –tendrá 89 habitaciones y se incorporará a la marca más exclusiva de la cadena Raddisson– y del nuevo proyecto de “reordenación urbana”, en colaboración en este caso con la iniciativa privada.

El objetivo es mejorar “desde el punto de vista estético y de la movilidad” esta plaza, que surgió tras la ocupación francesa, cuando la antigua iglesia fue demolida para abrir el espacio público.

Aunque el presupuesto de la intervención no está cerrado, Millenium se ha comprometido a asumir el 50%, dentro de su inversión en Sevilla, que ronda los 35 millones de euros, incluyendo también lo que ya ha gastado en la compra de los dos inmuebles y en las obras que está ejecutando.

Un peatón cruza la plaza, con un autobús al lado y entre motos aparcadas y con las obras del hotel, al fondo. Un peatón cruza la plaza, con un autobús al lado y entre motos aparcadas y con las obras del hotel, al fondo.

Un peatón cruza la plaza, con un autobús al lado y entre motos aparcadas y con las obras del hotel, al fondo. / Juan Carlos Vázquez

Espadas explicó que esa semipeatonalización implica sacar de la plaza las paradas de Tussam y por las que pasan a diario entre 300 y 400 autobuses, así como los aparcamientos para motos, que dificultan el tránsito de peatones, en una plaza que no es de esparcimiento ni de uso por vecinos ni turistas, por el “estrés de tráfico”, según lo definió Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano.

Ambas cosas –autobuses y aparcamientos para motos– se trasladarán, previsiblemente, a la zona de la actual Iglesia de la Magdalena, en la calle San Pablo, a apenas 50 metros, pero evitando el “enredo” que, según el alcalde, se produce ahora para entrar en la plaza. El plan de reordenación también afectará, por tanto, a ese espacio contiguo.

El actual arbolado se mantendrá

se mantendrá el actual arbolado de la plaza aunque, según las primeras imágenes que se han difundido del proyecto, desaparecen los setos que existen en la actualidad. Se extiende el granito. Además, se dará visibilidad a la fuente barroca, del siglo XIX, como la estética de la plaza, y se la dotará de nuevo mobiliario urbano e iluminación.

Otra recreación nocturna de la nueva plaza, con los dos edificios del hotel iluminados. Otra recreación nocturna de la nueva plaza, con los dos edificios del hotel iluminados.

Otra recreación nocturna de la nueva plaza, con los dos edificios del hotel iluminados. / M. G.

Según destacó el gerente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Ignacio Pozuelo, los criterios que se han seguido para plantear la intervención han sido recuperar al máximo el espacio peatonal, darle protagonismo a esa fuente histórica como elemento patrimonial y crear nuevos espacios de estancia, más accesibles, para los ciudadanos.

Los materiales serán similares a los que se han utilizado en las intervenciones del entorno, de mayor calidad que los actuales. La última vez que el Ayuntamiento actuó en esta plaza fue en los años 60.

En principio, la idea es vetar del todo la plaza al tráfico privado. Sólo se dejaría una zona de carga y descarga para comercios y el hotel y sólo se permitiría el acceso por las calles Méndez Núñez y San Pablo (previsiblemente ésta pasará a ser de doble sentido) para los aparcamientos privados que pueda haber en la zona y para el público de El Corte Inglés.

Plataforma única y sólo para vehículos de carga y descarga en calle Murillo

La reurbanización conllevará también la creación de una plataforma única en la pequeña calle Murillo, prolongación de O’Donnell y que actualmente se utiliza de salida de la plaza para vehículos privados y autobuses, que quedará sólo para vehículos de carga y descarga. La intervención se aprovechará además para mejorar las redes de Emasesa.

“Es un lugar emblemático para la ciudad y la personalidad del centro”, recordó el alcalde. “Los autobuses y el tráfico generan saturación, un efecto de congestión, la Plaza está mal resuelta desde el punto de vista de la movilidad y se tenía que resolver”, insistió Espadas. Por contra, lo que se plantea es un lugar “confortable, con sombra, con tranquilidad”, dijo, a la vez que mostró satisfacción porque se vayan a conseguir estas mejoras con la colaboración público-privada.

En 2014, el PP ya inicio un plan para peatonalizar este enclave del centro de la ciudad que no llegó a materializarse.

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