Sevilla

La juez cita como investigados a tres jefes de la Policía Nacional

  • Los tres mandos fueron denunciados por un oficial al que le denegaron los permisos, castigaron con el trabajo en calabozos y amenazaron con no ascender nunca

La Jefatura Superior de Policía, en Blas  Infante.

La Jefatura Superior de Policía, en Blas Infante. / Antonio Pizarro

La juez de Instrucción número 8 de Sevilla, Reyes Flores, ha citado en calidad de investigados a los tres jefes de la Policía Nacional que fueron denunciados por un oficial de este cuerpo. El agente que interpuso la denuncia les acusa de hasta cuatro delitosprevaricaciónabuso de autoridad en el ejercicio de sus funciones, omisión del deber de impedir delitos y amenazas.

Los tres mandos denunciados son el comisario jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana y quien fuera jefe de la unidad de la Policía Nacional adscrita a la Junta, Julián Márquez; el inspector jefe responsable del Grupo de Atención al Ciudadano, Eleuterio J. D. P., y una inspectora de la unidad de Régimen Disciplinario de la Jefatura Superior de Policía en Andalucía Occidental, María José S. A.

En una providencia a la que ha tenido acceso este periódico, la magistrada cita a los tres para tomarles declaración en calidad de investigados el próximo día 4 de julio a las diez de la mañana. La juez archivó el caso en un primer momento sin ni siquiera citar a declarar a los denunciados. La representación jurídica del oficial recurrió el sobreseimiento provisional y la Audiencia ordenó su reapertura. 

El origen de la denuncia fue una serie de irregularidades en el sistema de concesión de días de permiso y en la compensación del exceso de horas trabajadas que el agente puso en conocimiento de sus superiores. Estos días se solicitan mediante una minuta, que se entrega al jefe del grupo pero de la que el agente que hace la petición no recibe ninguna copia. El oficial, que venía de Madrid y desconocía esta forma de trabajar, le hizo constar a sus superiores que estaban cometiendo una irregularidad, lo que derivó en lo que el denunciante considera que fue una persecución.

Permisos denegados

Todas las peticiones que hacía le eran denegadas sistemática por teléfono unos días antes del periodo solicitado, sin que quedaran registradas debidamente tal como él solicitaba. Al apenas disponer de días libres, empezó a acumular un exceso horario con más frecuencia de lo habitual. Como no se le concedían las libranzas, decidió solicitar que esas horas de más le fueran compensadas mediante una productividad, algo que también se le denegó.

En la denuncia, el oficial relata cómo "sus superiores, en vez de intentar corregir las deficiencias, incrementan la hostilidad", hasta el punto de que se le "imposibilita la conciliación de la vida familiar y laboral". Sus jornadas de trabajo comienzan a excederse sin motivo, pese a que en varias ocasiones se encontraba haciendo custodias hospitalarias de presos, en las que no pueden darse circunstancias imprevistas que obliguen a prolongar la jornada. El denunciante insistió en poner en conocimiento de sus superiores estas irregularidades, pero la respuesta que recibió fue la siguiente: "En Sevilla esto nunca ha sido así".

Algunos de sus compañeros llegaron a manifestarle que "tenía locos a todos" los jefes, que no le dieron la razón pese a que un sindicato les confirmó que el oficial estaba en lo correcto. El 15 de enero de 2017, el oficial participó en las tareas de rescate en un bloque de nueve plantas y 36 viviendas en el que se había declarado un incendio. Por este asunto fueron felicitados policías que no participaron en el rescate -porque estaban cubriendo el partido Sevilla-Real Madrid-, mientras que a él se le negó una condecoración. Un inspector le advirtió de que tuviera cuidado por todo lo que estaba haciendo, "ya que aquí en Sevilla los de arriba" iban a ir a por él.

Castigado en los peores destinos

El oficial fue castigado con el trabajo en los calabozos y también haciendo custodias hospitalarias, al tiempo que se le siguen negando permisos como el de Semana Santa. La situación le lleva a abandonar el grupo de Whatsapp del trabajo, donde estaba siendo objeto de burlas. El agente denuncia el "acoso psicológico, reiterado y prolongado en el tiempo" por parte de sus superiores jerárquicos y ha aportado varios audios al juzgado.

Añade la denuncia que la jefa de Régimen Disciplinario "le coacciona y amenaza", preguntándole que "si sabe lo que son los asteriscos, que tal vez cuando se presente siete veces a subinspector y no ascienda se pregunte el porqué de dicho motivo, informándole igualmente el que los superiores y el comisario de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana -Julián Márquez, que fue jefe de la unidad adscrita a la Junta- tienen muy buenos contactos políticos, y esto se rompe siempre por el lado más frágil y se está echando mierda encima".

El denunciante comunicó los hechos al director general de la Policía, pero la investigación interna se archivó. El agente dejó la brigada de Seguridad Ciudadana, en la que estaba destinado, y obtuvo por concurso específico una plaza en la unidad de Policía Científica. Antes de ello, sus anteriores jefes comunicaron a los nuevos que era una persona problemática y les advirtieron de que se llevaban "un regalito". Fuentes del entorno de este agente lamentaron el acoso al que ha sido sometido durante más de un año, que le llevaron incluso a preguntarse si la solución pasaba por quitarse la vida, como han hecho otros compañeros destinados en Sevilla anteriormente.

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