La Policía Local de Sevilla precintó la pasada madrugada el bar de copas Bestiario, ubicado en la calle Zaragoza, después de que se declarara un incendio de origen eléctrico en uno de los focos del local. Pese a la escasa entidad del fuego, los Bomberos tuvieron que desalojar el establecimiento, que estaba lleno de público.

Una vez sofocado el incendio, los Bomberos inspeccionaron el local y comprobaron que las salidas de emergencias estaban bloqueadas por muebles y otros enseres, cuando deberían estar completamente expeditas.

Además, la puerta de salida a la calle tiene dos hojas, de las que una de ellas estaba bloqueada con distintos elementos, según la nota de prensa emitida por la Ayuntamiento de Sevilla. Al quedar reducida la capacidad de la puerta, podría verse comprometida la seguridad de los clientes en caso de emergencia. Por ello, el Bestiario fue precintado por la Línea Verde de la Policía Local.

Precinto de otro establecimiento.

La misma unidad precintó otros tres establecimientos durante la misma noche. Uno de ellos es un bar de la Alameda de Hércules que no ejercía la actividad conforme a la licencia que tenía. Otro es un bar con música de la calle Boteros, que fue clausurado por incumplimientos en materia de seguridad.

El cuarto precinto fue para una discoteca de la calle Arqueología, en el distrito Norte, por no respetar un precinto anterior. También fue denunciado un bar de la calle Salado por incumplir el horario de cierre.

Además, la Policía Local ha inspeccionado durante la madrugada de este sábado varios establecimientos con denuncias previas ubicados en la calle Lumbreras y Paseo Colón y una discoteca en la avenida Emilio Lemos.

El delegado de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, ha destacado que "la actuación de los agentes de la Policía Local y la permanente labor de control de establecimientos son fundamentales para prevenir cualquier situación de riesgo para el público que acude a estos locales".

Igualmente, el delegado ha realizado un llamamiento a los propietarios de establecimientos que cometen este tipo de irregularidades para que "se cumplan las normas de autoprotección en los locales de ocio, ya que estas medidas salvan vidas y evitan situaciones críticas como la que se pudo producir en este establecimiento de la calle Zaragoza".