Calle Rioja

Los 'Quinteros Brothers' en la calle de Mercaderes

  • El restaurante Las Escobas, el más antiguo de Europa, le da a sus mesas nombres de escritores que lo visitaron: Lope, Cervantes, Byron, Dumas, los Quintero

La mesa de los 'Quinteros Brothers' en el restaurante Las Escobas.

La mesa de los 'Quinteros Brothers' en el restaurante Las Escobas. / Belén Vargas

COMO una Universidad de Verano, pero en las mesas de un restaurante. Un curso de Literatura Comparada. Las mesas se llaman Cervantes, Lope de Vega, Lope de Rueda, Bécquer, Dumas, Lord Byron... Son escritores que alguna vez, en sus visitas a Sevilla, entraron en Las Escobas, el restaurante más antiguo de Europa, pues data de 1386, más de dos siglos anterior al nacimiento de Murillo, que también tiene omesa con su nombre. Mohamed, de Tetuán, atiende en las mesas de este local situado entre Casa Gonzalo, posada de montañeses que con diseño del arquitecto Joaquín Díaz Langa en 2020 cumplirá un siglo de vida, y Robles, el restaurante matriz de uno de los exploradores vinateros de Villalba del Alcor.

Entre las mesas de Las Escobas, una llama poderosamente la atención. Pensando en los turistas, han escrito Quinteros Brothers, dando a entender que los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero también fueron clientes de este legendario local que casi se adentra en el otoño de la Edad Media de Huizinga. El restaurante está situado en la calle que honra a los dramaturgos de Utrera. El cruce de Álvarez Quintero con Alemanes y Argote de Molina es un enjambre de turistas hambrientos. “Se le puede poner Meunier”, dice un camarero de Casa Gonzalo. Obviamente, no se refiere al filósofo francés ni al futbolista belga, sino a la forma de hacer el lenguado.

A los Quinteros Brothers, en los términos de la mesa de las Escobas, les cogió el 18 de julio de 1936 de vacaciones en el Escorial. Ese mismo día, al conocerse el inicio de la rebelión, fueron detenidos. Pero sólo estuvieron un día presos por la mediación de su íntimo amigo Melchor Rodríguez. El trianero conocido como el Ángel Rojo era director general de Prisiones. La gente pudiente, como los Quintero, disfrutaban del veraneo en aquel año sin verano. Los hermanos Quintero y Melchor Rodríguez formaron una sociedad de socorro mutuo. El 13 de abril de 1938, en el entierro de Serafín Álvarez Quintero (1871-1938), el anarquista republicano, que era concejal del Ayuntamiento de Madrid y responsable municipal del cementerio, apareció con un crucifijo de madera, pese a la prohibición republicana de símbolos católicos. Su hermano Joaquín Álvarez Quintero (1873-1944) fue uno de los que firmó para que le conmutaran la pena de muerte a su amigo Melchor Rodríguez, una iniciativa del general Muñoz Grandes para agradecerle que impidiera el asalto de la cárcel de Alcalá de Henares por milicianos republicanos.

Hay un curioso nexo de los Álvarez Quintero con el turismo. Eligieron como lugar de veraneo Fuenterrabía. En la ciudad guipuzcoana que baña el Bidasoa escribieron la comedia Febrerillo, el loco, ambientaron Novelera, que interpretó Margarita Xirgu, y en esa villa se localiza el remite de la carta que en 1916 enviaron a Benito Pérez Galdós. Una de las secuelas de su paso por Fuenterrabía es el Hostal Álvarez Quintero, uno de cuyos regentes, el inspector de policía Alfonso Estevas-Gilmain, fue asesinado por Eta el 28 de agosto de 1978.

Hoy es un buen día para sentarse en la mesa Quinteros Brothers de Las Escobas en esa calle Álvarez Quintero (antes de Mercaderes) donde pasó sus últimos años de su provechosa vida Ramón Carande, que recorrió el tramo hasta Alemanes para subirse al coche que en 1985 lo llevó a Oviedo a recoger el premio Príncipe de Asturias de las Humanidades. Existía una curiosa afinidad en esta calle entre el autor de Galería de Raros y su mentor Alfonso Guerra, que tenía aquí, entre Cuesta del Rosario y Entrecárceles, la librería Antonio Machado, y que como vicepresidente del Gobierno logró para Carande el título de cartero honorario. Los hermanos Álvarez Quintero nacen en 1871 (Serafín) y 1873 (Joaquín). Los hermanos Machado, que firmaron juntos los trabajos de dramaturgo, nacen en 1874 (Manuel) y en 1875 (Antonio, palacio de Dueñas). Unidos por el teatro, los separó el drama de la guerra. Lustro glorioso para las letras de Sevilla. Esa simpática broma, Quinteros Brothers, es señal de prestigio internacional para quienes a veces no gozaron del nacional ni local. En un libro que editó Ismael Yebra, Rogelio Reyes cuenta que en la última hoja que dejó a medio terminar cuando le visitó la muerte en México, Cernuda escribía sobre el teatro de los Quintero. Hermanados en la carta de Las Escobas con Alejandro Dumas o lord Byron, de quien ayer Luis Alberto de Cuenca recomendaba en Radio Nacional la novela de Vanesa Pérez-Sauquillo El caballo de lord Byron en la que narra la estancia del escritor británico en Venecia. Otro turista de postín.

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