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Velar por la convivencia y la ordenación del espacio público. El alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, va a crear la figura del agente cívico nocturno. Se trata de una especie de sereno del siglo XXI con cuya presencia en las calles se pretende disuadir de determinadas malas conductas y ayudar a los ciudadanos en lo que precisen. No tendrán una función de seguridad ni pública ni privada, competencias que ostentan en exclusiva la Policía y las empresas de seguridad, pero sí podrán ser el primer eslabón antes de que se requiera la presencia de las Fuerzas de Seguridad para solucionar algunas situaciones. Para su implantación se pondrán en marcha un programa de empleo piloto para hombres y mujeres desempleados de más de 45 años.
El alcalde avanzaba la creación de la figura del sereno hace una semana cuando visitó a los comerciantes de la céntrica calle Francos. Allí le advirtieron de la oleada de robos que estaban padeciendo en las últimas semanas y le pidieron la adopción de medidas y mayor presencia policial para acabar con la inseguridad latente. Sanz y su equipo apuestan por estos agentes cívicos nocturnos para mitigar, aunque sea en parte, los problemas de convivencia en las calles de la ciudad. Se trata de figura que está muy extendida en Cataluña. En Barcelona, por ejemplo, llevan casi diez años en servicio. También se pueden ver en otras ciudades importantes como Ibiza, donde el consistorio aprobó su creación en abril de 2022 a instancias del Partido Popular. Puertollano o Albox (Almería) también cuentan con ellos.
El agente cívico que se plantea en Sevilla lleva aparejado el adjetivo nocturno. Por eso el alcalde se ha referido a ellos como serenos, en recuerdo de los agentes municipales que durante más de 200 años recorrieron las calles de la ciudades españolas con las llaves de las casas al cinto para socorrer a los vecinos. Su creación se justifica ante el aumento de las conductas incívicas y de un uso abusivo del espacio público en determinadas zonas de la ciudad. Desde el gobierno municipal se apuesta por recuperar la figura histórica del sereno que podrá ofrecer, entre otras, una respuesta adecuada y complementaria al del personal de seguridad.
Sus funciones como agentes cívicos se encuadrarán en la ordenación de convivencia ciudadana y los usos del espacio público sin que desempeñen una función de protección de personas y bienes ante peligros. Su labor se centrará en la gestión del espacio público. Entiende el equipo de gobierno que su presencia contribuirá a dar una mayor sensación de tranquilidad a los vecinos. Tendrán una función muy relevante para la detección de situaciones problemáticas de diversa índole y origen (accidentes, actos incívicos, hechos delictivos), lo que permitirá al Ayuntamiento poner en marcha los mecanismos adecuados en cada caso para resolverlas, al tiempo que pueden ser colaboradores eficientes de la Policía Local.
Los agentes dependerían del área de Cartuja, Parques Innovadores, Empleo, Economía, Comercio y Consumo que dirige Álvaro Pimentel. Desde el área, y al objeto de general empleabilidad e inserción laboral en los colectivos prioritarios para las políticas activas de empleo, se plantea la aprobación de un plan piloto para llevar a cabo la contratación de la figura del agente cívico. Se hará mediante la ocupación de personas demandantes de los servicios de empleo que hayan alcanzado la edad de cuarenta y cinco años cuando hayan perdido su trabajo o estén en riesgo de perderlo, intensificándose la atención que reciban cuando tengan a cargo menores de dieciséis años o mayores dependientes.
En un primer momento se propone la contratación de dieciocho personas (ocho parejas mixtas), además de dos encargados. Se deberá determinar el calendario de jornada y las retribuciones para ellos previa negociación colectiva.
El Ayuntamiento deberá encontrar el margen de actuación en la ciudad que tendrá este colectivo con respecto a la convivencia ciudadana y los usos adecuados del espacio público, sin interferir en las funciones de seguridad ni pública que ostenta la Policía Local, ni privada que corresponden a las empresas de seguridad.
Para garantizar los usos del espacio público (con atención especial al ocio nocturno por el evidente conflicto que produce el ruido con el derecho al descanso de los vecinos) no solamente resulta necesario el establecimiento de normas, sino de diversos mecanismos, entre los cuales los denominados agentes cívicos pueden tener una relevancia importante. Podrán cumplir una función preventiva, pedagógica y orientadora, o incluso llevar a la práctica una mediación que evite un conflicto, o bien llegar a una solución dialogada si fuera preciso.
Una de las funciones de los agentes cívicos es la posibilidad de proporcionar acompañamiento en la vía pública a personas que pueden encontrarse en una situación de mayor vulnerabilidad y que se vean expuestos a posibles casos de violencia, agresiones o robos. La presencia de este cuerpo puede generar un efecto disuasorio con respecto a los comportamientos violentos previa y complementaria de la seguridad hacia las personas que ofrece la Policía Local en caso de conflicto o delito. Este tipo de servicios, sin llegar a entrar en el ámbito de la vigilancia ni de la seguridad, han sido aceptados y bien percibidos y valorados por la ciudadanía.
Otra importante función puede llevarse a cabo con las personas perdidas en la calle, especialmente en casos de amnesia o enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, no solamente avisando a la Policía Local, sino esperándose con ellas o, incluso, siguiéndolas para que no vuelvan a perderse.
Estos servicios se proyectan para la ciudadanía en general, pero también para colectivos más concretos, como turistas, establecimientos comerciales y comunidades de vecinos. Su puesta en marcha se contempla como especialmente relevante para colectivos vulnerables, como las personas con discapacidad o personas, familias o grupos con dificultades y ciudadanos con carencia de medios de subsistencia.
El tipo de servicio planteado permite al mismo tiempo velar por el cuidado del mobiliario urbano, avisar a los servicios de recogida de basuras de puntos negros, la detección de contenedores llenos o cuándo se produzcan actos vandálicos.
Los agentes cívicos nunca intervienen en caso de conflicto, más allá de avisar a las fuerzas policiales, con quienes estarán en constante colaboración para que sean ellas las que se hagan cargo de las situaciones cuando sea necesario.
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