puntadas con hilo

Tiempos para la geometría variable

EL nuevo alcalde, Juan Espadas, presume de ser un buen gestor, el que Sevilla necesita para convertirse en "la mejor ciudad de España". Ésta es su ambición, según confesó ayer en una emisora de radio. Y para cumplir con esa función, sin duda, necesitará tener algunas nociones de malabarista. Para no caerse nunca de la cuerda floja que supone siempre gobernar sin mayoría y para ejercer eso que se denomina geometría variable: una vez con la izquierda, otra con la derecha... o al menos con el centro que representa por ahora el partido Ciudadanos. Ésta es otra obsesión de Espadas: gobernar para la mayoría, rezaba el eslogan electoral del PSOE, y eso incluye a todos los segmentos ideológicos y a todos los candidatos.

Con esta filosofía inicia el mandato Espadas, que ya ha pregonado que su forma de gobernar no será la de Juan Ignacio Zoido, a quien también tenderá la mano, se supone. Está claro que las reglas del juego han cambiado, por imposición de las urnas, y ahora todos deberán a aprender a dialogar con todos, una recomendación que incluye también a la totalidad de los concejales del PSOE, que también tendrán que aprender a relacionarse de distinta forma con propios y externos. Se requiere mucha cintura.

La situación es tan nueva como algunas de las fuerzas que se sentarán en el pleno municipal. Y algunos comportamientos que se han podido ver estos días en el marco de las negociaciones generan, cuanto menos, inquietud. A los nuevos concejales se les demanda sensatez y, a veces, el juego partidista dificulta el mantenimiento del equilibrio. ¿Quién llamó ayer minutos antes de la firma del acuerdo con el PSOE a la candidata de Participa Sevilla? ¿Tuvo que ver eso con el mal gesto que tuvo Susana Serrano con Espadas al negarle el saludo?

Sin duda, los ediles de los dos partidos emergentes tienen el reto de crear y poner en funcionamiento un grupo municipal y su bisoñez es más que evidente. Ya no les bastará con interpretar el papel de salvadores de la patria. Se acabó el teatro en el momento en que baje hoy el telón en el Salón Colón. Es la hora de ejercer la oposición. Y la ciudad busca políticos serios, no aprendices de políticos.

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