La vuelta a la normalidad

Surgen dudas en la US sobre la presencialidad plena el nuevo curso

Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, el campus de la Isla de la Cartuja.

Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, el campus de la Isla de la Cartuja. / Antonio Pizarro

A 15 días de que comience el nuevo curso en las universidades sevillanas, las directrices de la Junta de Andalucía para el regreso de la presencialidad plena ha creado más dudas que certezas en las instituciones académicas, que aún no han hecho oficial el modelo que desarrollarán a partir del lunes 20 de septiembre

Aunque la situación sanitaria ha mejorado bastante respecto a la que existía el año pasado por estas fechas, lo cierto es que la obligación de mantener entre los estudiantes una distancia de seguridad de, al menos, 1,2 metros amenaza con hacer saltar por los aires los propósitos tanto del ministerio y la consejería de Universidades como la voluntad expresada por la mayoría de los rectores españoles. 

Las dudas, a dos semanas de que se inicie el curso, continúa y una de las decanas que las ha hecho pública ha sido la de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla (US), María del Mar Ramírez Alvarado, quien en su cuenta personal de Twitter ha expresado la incertidumbre a la que se enfrentan los responsables de los centros estos días. 

Ramírez Alvarado se ha hecho eco en una de sus publicaciones de la información de Diario de Sevilla sobre la vuelta de la presencialidad a las aulas universitarias el próximo curso, objetivo transmitido por el consejero de Universidades, Rogelio Velasco, en la reunión que mantuvo el pasado viernes con los rectores andaluces. La decana de Comunicación ha expresado que "la realidad de las facultades es que la distancia de seguridad de 1,2 metros nos lleva de nuevo a escenarios de semipresencialidad", una posibilidad que también contempla Velasco, que propone que para tales casos, que se producirían en los grados con mayor número de alumnos, los estudiantes se dividan en dos grupos, uno de los cuales recibiría las clases directamente del profesor y el otro mediante streaming, aunque no desde su domicilio, sino en otra aula o instalación de la facultad. 

La falta de espacios

Tal posibilidad, sin embargo, no convence a la responsable de la Facultad de Comunicación, que advierte que "las ideas que se proponen como alternativa son inviables por la falta de espacios, medios o recursos". Una realidad a la que se han de enfrentar la mayoría de los centros y que llevó a que la asistencia de los estudiantes a clase mediante turnos rotatorios fuera la principal apuesta del curso pasado, un formato que estuvo interrumpido durante varios meses debido a las diversas olas de contagio que se sufrieron. Sólo los centros con un reducido número de alumnos contempló la asistencia plena. 

A comentarios de otros usuarios de esta red social, Ramírez Alvarado recalca que "la US apuesta por la presencialidad total, pero para ello hay que modificar los aforos", una decisión que, según esta decana, no está en manos de los responsables de las facultades "y ni siquiera en las del Rectorado de mi universidad". Insiste, además, en que el equipo de gobierno de la Hispalense "a falta de nuevas instrucciones, poco puede decidir". 

Este escenario de incertidumbre, pese a las directrices marcadas por la Junta, también se vive en el estudiantado, como muestra la publicación en Twitter que realizó hace escasos días el Consejo de Alumnos de la US (Cadus), que, a preguntas de usuarios de la red, precisó que "aún no sabemos nada seguro". "En cuanto sepamos algo de información os lo comunicaremos", refería el Cadus, que insistía en que "lo que sí podemos decir es que desde la US hay una intención de presencialidad, pero no conocemos de qué manera". "Todo dependerá de lo que digan las autoridades sanitarias", apostilla. 

La apuesta de los rectores sevillanos

El regreso a la máxima presencialidad posible ha sido, desde que estalló la pandemia del Covid, la postura mantenida por el rector de la Hispalense, Miguel Ángel Castro, un propósito que se marcó en el último consejo de gobierno de la institución académica. Las pantallas colocadas en las aulas sólo servirían a partir de ahora para situaciones excepcionales. Sin embargo, a día de hoy, cuando se deja atrás una quinta ola de contagios y con la mayor parte de la comunidad universitaria vacunada, no hay confirmación oficial sobre el modelo y fórmulas a seguir desde el 20 de septiembre. 

En la Universidad Pablo de Olavide (UPO), aunque también se apuesta por la presencialidad, su rector, Francisco Oliva, plantea que toda la inversión realizada el pasado curso en la incorporación de medios tecnológicos pueda usarse en las clases teóricas, donde se establecería un sistema interactivo con los alumnos que las sigan desde sus domicilios. Para ello, se está procediendo a un importante reajuste de horarios, de manera que las enseñanzas teóricas queden agrupadas en unos días de la semana y las prácticas, en otros, garantizando la asistencia de los alumnos al centro, al menos, varios jornadas de la semana.