La Gerencia de Urbanismo ha ordenado la inmediata suspensión de la actividad que se realiza desde su apertura a finales de 2018 en el bar Tropiqual debido a que la reforma para cambiar el uso de comercio a restaurante no contó con permiso de obras y los trabajos no se ajustaron al proyecto presentado.

Los técnicos de la Gerencia detallan en el expediente que los dueños del restaurante que se encuentra en la Plaza de la Encarnación solicitaron en las caracolas de la Isla de la Cartuja una licencia para abrir un negocio con cocina y sin música, dejando el sótano del inmueble sin uso. Los trabajos de remodelación comenzaron sin recibir el visto bueno al proyecto. No sólo eso. La reforma realizada por obreros no coincidieron con el diseño presentado. Lo más llamativo fueron los cambios en el escaparate y los huecos abiertos en la entrada al negocio.

El permiso solicitado era para realizar un reforma menor con la intención de adecuar su uso al de recreativo donde antes se encontraba La Fábrica, una tienda dedicada a la venta de papeles pintados, parquet, tarima flotante y decoración en general. La superficie afectada por la intervención fue de 159 metros cuadrados en la planta baja. Ahora toca que los dueños clausuren el restaurante hasta que legalicen su situación.

Los técnicos exigen en otro expediente la retirada de los veladores instalados sin permisos

Hay un segundo expediente abierto. Urbanismo ha ordenado la inmediata suspensión del uso de los veladores que monta sin licencia. La terraza está compuesta por cuatro mesas, 16 sillas y dos calentadores. La propiedad deberá legalizar el mobiliario que se encuentran en la zona de la Encarnación más cercana a la calle José Gestoso.

El restaurante combina en su interior la madera, la piedra, el hierro y el terciopelo, con el verde de sus plantas colgantes y su techo de bambú. En lo gastronómico es una fusión de varias culturas. Tropiqual celebra todas las semanas varios conciertos.