Mano dura contra los incumplidores

Urbanismo ordena el cierre de la Casa de la Memoria

  • El centro dedicado al flamenco no cuenta con licencia de ocupación ni de las obras para modificar la distribución del inmueble

Varias personas pasan a la altura de la Casa de la Memoria, en el número 6 de la calle Cuna.

Varias personas pasan a la altura de la Casa de la Memoria, en el número 6 de la calle Cuna. / Juan Carlos Vázquez

La Gerencia de Urbanismo ha ordenado la inmediata suspensión de la actividad que se viene realizando en la Casa de la Memoria desde su apertura en el número 6 de la calle Cuna hace más de veinte años. Los motivos esgrimidos por los técnicos municipales es que la propiedad del negocio sobre el flamenco no cuenta con licencia de ocupación ni de obras.

Esta medida de la Gerencia viene precedida de una resolución en la que se desestimó un recurso presentado por la propiedad, al entender los servicios jurídicos que el acuerdo para exigir la legalización de los trabajos de reforma en el céntrico inmueble eran conforme a derecho.

La reclamación de la entidad Casa de la Memoria de Al-Andalus S. L. fue por un acuerdo de la comisión ejecutiva de Urbanismo adoptado en la sesión celebrada el 5 de noviembre de 2014, por el que se requirió al interesado para que en el plazo de dos meses a contar desde el día siguiente al de la recepción de la notificación, legalizase unas obras realizadas sin licencia en la finca.

Estas consistieron en la modificación de la puerta de emergencia y la distribución interior del inmueble antes de la salida situada en la calle Francisco de Pelsmaeker. La motivación del rechazo vino de un informe elaborado por el servicio de licencias e inspección urbanística el 25 de octubre de 2018. Fue ratificado en derecho por la letrada del servicio de secretaría y asesoría jurídica.

La Casa de la Memoria se encuentra en una casa palacio del siglo XV. Desde 1998, en este centro cultural del flamenco se realizan actuaciones todas las tardes a la que acuden numerosos turistas. Cuenta con un museo de la historia del flamenco, actividades culturales y una tienda especializada. “Las actuaciones tienen lugar en un espacio íntimo y reducido donde se puede apreciar, sin el uso de micrófonos, el sonido auténtico del flamenco de verdad”, reza en una de las publicidades que reparten en la entrada principal de un inmueble que llama la atención a los sevillanos y foráneos por las dos figuras a tamaño real que existen en el balcón que mira a Cuna.

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