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Sevilla

Zoido asigna a un político profesional la dirección de la Policía y el tráfico

  • Juan Bueno sustituye a Demetrio Cabello al frente de la delegación de Movilidad y Seguridad El alcalde lamenta que el "profesional idóneo" no pueda seguir con su trabajo.

En la convocatoria oficial rezaba que el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, y el delegado de Movilidad y Seguridad, Demetrio Cabello, presidirían un homenaje a los jubilados de Tussam. La cita era a las once y media en el Salón Colón. La inclusión del nombre de Cabello en la convocatoria desató las sospechas. El día antes, otro concejal del gobierno, Gregorio Serrano, había anunciado que el cese obligado de Cabello sería "casi inmediato", después de que el Tribunal Constitucional declarara nulos los nombramientos de los ediles no electos.

El cese de este comisario de la Policía Nacional fichado por Zoido para dirigir los temas de seguridad y tráfico de la ciudad era cuestión de horas. Faltaba por conocer el nombre del sucesor, cuándo se haría efectivo el relevo y si ello implicaba alguna remodelación en el ejecutivo municipal. Por eso, el homenaje a los jubilados de Tussam adquirió un interés mediático inusitado para la prensa local. Antes del acto, Zoido compareció ante los medios. Lo hizo acompañado del edil saliente, Demetrio Cabello, situado a su izquierda, y de su sucesor, Juan Bueno, a la derecha, en un pasillo del Ayuntamiento. Allí resaltó las virtudes de uno y de otro y pidió celeridad a los periodistas porque los jubilados le esperaban.

No hubo rueda de prensa más allá del conocido como canutazo, esa comparecencia rápida ante los medios de comunicación que se hace de pie en una especie de corrillo. No hubo despedida con honores para el hombre que supuso uno de las grandes apuestas de Zoido para su primer mandato como regidor de Sevilla. "Hoy es un día con un sabor agridulce", comenzó el alcalde, que glosó el trabajo de Cabello al frente de una delegación "muy complicada" que se encontró llena de "promesas incumplidas". Recordó los conflictos de policías locales y bomberos resueltos en estos dos años, el problema de los aparcamientos heredado del gobierno anterior o el estado de obras como los pasos subterráneos o la comisaría de la Ranilla, "temas que han quedado encauzados" en los últimos dos años. El alcalde insistió en que sólo nombró a un delegado no electo pese a que podía designar hasta tres.

Y lo hizo porque tenía al "profesional idóneo" para dirigir Movilidad y Seguridad, "un magnífico profesional que al final de su dilatada trayectoria profesional en el Cuerpo Nacional de Policía, en el que había llegado a ser casi todo, en vez de buscar comodidades vino al Ayuntamiento a servir a la ciudadanía en un área tan delicada". "Le doy las gracias por los servicios prestados y le traslado el orgullo por su magnífico trabajo. Me da pena que una decisión del Constitucional le impida seguir", dijo Zoido, que anunció que Cabello no sería recolocado como técnico porque "vino con una misión y se va con la cabeza muy alta".

Cabello cerró su etapa en el Ayuntamiento haciendo un resumen de sus dos años de gestión, en los que dijo que continuamente había hecho "másteres", sobre todo de sindicalismo. "Ha sido una experiencia muy importante, al haber aprendido de la vida política y trabajar con gente tan preparada. Mi vida ha sido de servicio público, de servir a los demás, y ha sido muy gratificante para mí hacerlo por los sevillanos". Citó como ejemplo de su gestión los pañales de los coches de caballo, "que deberían ser más grandes y ponérselos más tiempo, pero al menos es mejor que lo que había hace dos años", y admitió que había cometido "errores" porque el "único infalible es el Papa". Como siempre desde su llegada al Ayuntamiento, mantuvo el lenguaje desenfadado y alejado de la corrección política hasta su última frase. "Si alguna vez me equivoqué fue con la mejor intención. Nunca lo hice por joder, aunque no debiera utilizar esta palabra delante de políticos profesionales".

Será precisamente un político profesional, Juan Bueno, quien le sustituya al frente de la delegación de Movilidad y Seguridad, en lo que supone un cambio radical a la idea originaria de Zoido de mantener a un técnico al frente de una de las áreas más complicadas del gobierno. Bueno tendrá que compaginar su nuevo puesto con el de presidente del Partido Popular de Sevilla, con lo que ello implica de viajes por la provincia, además de mantener sus funciones como portavoz del grupo popular. "Alguien como don Demetrio es insustituible, pero estoy ilusionado y dispuesto a servir del mejor modo posible a los sevillanos", expuso Juan Bueno, quien consideró que el "hueso más duro de roer" de la delegación que ahora asume será el de hacer ver a la ciudadanía el trabajo que el gobierno hace para presentarle una "ciudad ordenada".

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