Un tren arrolla una catenaria y deja sin uso la línea Sevilla-Cádiz

El choque de un tren con una catenaria entre las estaciones de Lebrija y Las Cabezas de San Juan obligó ayer a cortar la línea férrea entre Sevilla y Cádiz durante más de cuatro horas. La incidencia afectó a ocho trenes, seis de ellos de media distancia entre las dos ciudades y dos de larga distancia entre Cádiz y Barcelona y Cádiz y Madrid, según indicó ayer Renfe en un comunicado. Los propios viajeros cifran en 700 el número de afectados.

El accidente se produjo a las 19:03, cuando un tren de media distancia Sevilla-Cádiz, con salida de Santa Justa a las 18:08, quedó parado en la vía por una avería en la catenaria entre las estaciones de Lebrija y Las Cabezas. Los viajeros de este tren tuvieron que ser transbordados a un tren diésel para llevarlos hasta su destino final. A los restantes afectados se les intentó trasladar en autobuses, pero la medida no evitó que anoche hubiera más de 200 personas esperando todavía en la estación de Santa Justa.

La avería no se solucionó hasta pasadas las once de la noche y muchos de los viajeros tuvieron que hacer frente a más de cuatro horas de espera. A las 23:36 se anunció el restablecimiento del servicio. En la estación de Santa Justa el sentir general era de indignación entre la mayoría de los afectados, que anoche reunían firmas para presentar una denuncia colectiva contra la compañía ferroviaria.

Incluso uno de los viajeros sufrió un ataque de epilepsia. "Estoy muy indignada, cuando a un hombre le ha dado un ataque epiléptico nos han dicho que nos solucionemos la vida como podamos. La vía ya tuvo problemas la semana pasada y no la han arreglado convenientemente", dice María, una de las personas afectadas. Joaquín, otro de los viajeros, tuvo que pedir un justificante porque llegaba tarde al trabajo, ya que su turno comenzaba a las once de la noche en Cádiz.

La mayoría de los usuarios se quejaban de la falta de información y de que sólo se habían fletado autobuses para los que viajaban en los trenes procedentes de Madrid y Barcelona. "No nos han dejado rellenar las reclamaciones ni ponerlas", apunta Ana.