Sevilla

Así será el entierro del cardenal Amigo en la Catedral de Sevilla

El velatorio del cardenal Carlos Amigo en el Palacio Arzobispal.

El velatorio del cardenal Carlos Amigo en el Palacio Arzobispal. / Antonio Pizarro

Sevilla vivirá este sábado el entierro de un cardenal, un príncipe de la Iglesia. El cardenal Amigo Vallejo, quien durante 27 años fuera arzobispo hispalense, recibirá sepultura en la capilla de San Pablo de la Catedral. El lugar que él mismo eligió al inicio de su episcopado. La misa exequial, presidida por monseñor Saiz Meneses, comenzará a las 11:30 en el Altar del Jubileo.

El ritual se iniciará una hora antes, a las 10:30, con el traslado a hombros del féretro por parte de sacerdotes diocesanos, laicos de la diócesis y religiosos Hermanos de la Cruz Blanca hasta Catedral. El recorrido será: Plaza Virgen de los Reyes, Cardenal Carlos Amigo, Alemanes y Avenida de la Constitución hasta entrar en la Catedral por la Puerta de la Asunción, reservada a acontecimientos muy solemnes de la Archidiócesis, como la llegada de nuevos arzobispos.

El cortejo lo formará el turiferario, a continuación se sitúa la cruz con dos ciriales, los seminaristas, acólitos, diáconos, sacerdotes concelebrantes, el Cabildo Catedral, el Consejo Episcopal y el arzobispo Saiz Meneses.

Una vez que la comitiva llegue al Altar del Jubileo, el féretro se colocará en el centro del presbiterio, bajo el paño funerario negro, de espaldas al altar y de cara al pueblo. Junto a él estará el Cirio Pascual encendido y, rodeándolo, cuatro candelabros.

Tras la misa se procederá a la inhumación de los restos en la Capilla de San Pablo o de la Concepción Grande, que se encuentra entre la Capilla Real y la Puerta de Campanillas.

Detalles de la liturgia

Tras la monición, el arzobispo hará una oración junto al Cirio Pascual encendido y colocará la casulla y la mitra sobre el féretro, a un lado, el báculo y el evangeliario, “para que, como consagró su vida a anunciar el Evangelio de Cristo, goce ahora contemplando, cara a cara, aquella misma verdad que, ya cuando vivía en la luz limitada de este mundo, vislumbró en la palabra de Dios y predicó a sus hermanos”.

Seguidamente, tendrá lugar la Liturgia de la Palabra, el rito de comunión y conclusión. Durante la celebración se interpretarán los cantos rituales y otros cantos polifónicos, por la Capilla de Música y la Coral Polifónica de la Catedral, dirigida por el Maestro de Capilla Herminio González Barrionuevo.

La capilla en la que será inhumado el cardenal Amigo. La capilla en la que será inhumado el cardenal Amigo.

La capilla en la que será inhumado el cardenal Amigo. / M. G.

Último adiós al cuerpo del cardenal Amigo

El arzobispo Saiz se dirigirá a los fieles diciendo: “Antes de entregar a la tierra, de donde fue formado, el cuerpo de nuestro hermano el cardenal Carlos, obispo de esta diócesis de Sevilla, despidámonos de él con un último gesto de respeto y de veneración. Hecho templo vivo de Dios por el bautismo, participó después en el sacerdocio de Jesucristo por el sacramento del orden. Sus manos fueron entonces ungidas para bendecir y perdonar. Sus labios destinados a predicar el Evangelio, y su corazón a acoger paternalmente a todos los hombres”.

Este último adiós está marcado por la gratitud y el reconocimiento hacia una vida sacerdotal gastada en el servicio de Dios y de la Iglesia.

En unos momentos de silencio se encomendará al cardenal Carlos Amigo en las manos del Padre celestial, con la intercesión de María, la Madre del Señor y de los santos pastores. Todos los presentes orarán unos momentos en silencio.

El arzobispo pondrá incienso en el incensario y lo bendecirá, luego bajará hasta el féretro y los rodeará primero aspergiéndolo con el agua bendita y después perfumando el cadáver con el incienso, elevará una oración, mientras se canta Libera me Domine de Perosi.

Seguidamente será la procesión hasta la capilla de San Pablo, mientras se canta el Salmo 117, cuya antífona es: “Abridme las puertas del triunfo y entraré para dar gracias al Señor”, se bendice el sepulcro y monseñor Saiz da la bendición final.

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