El bar Jota admite que la afluencia de público registrada en el local el primer día de la fase 1 de la desescalada fue mayor de la prevista, lo que le impidió en determinados momentos que se pudiera garantizar la existencia de una distancia mínima de seguridad entre los clientes. Así lo ha informado este negocio en un comunicado remitido anoche a este periódico, horas después de que el Ayuntamiento de Sevilla informara de que la Policía Local ha denunciado al establecimiento por exceso de público, carecer de mamparas y otros elementos de protección y tener más mesas de las autorizadas.

La propiedad asegura que ha invertido recursos para garantizar que el local cumpla con los requisitos necesarios para abrir con seguridad. Así, afirma que el bar ha sido desinfectado por una empresa homologada, se ha aprovisionado de geles desinfectados para el personal y los clientes, provisto de mascarillas, guantes, visores de protección y mamparas, y se ha formado a los trabajadores, separado las meses y prohibido la entrada al interior colocando la barra en la puerta. 

"Esta crisis, como a muchas familias y como a todos los negocios de hostelería, nos ha golpeado muy fuerte, pero entendemos que la prioridad es controlar la propagación de la pandemia. Llevamos preparándonos para la reapertura varias semanas, siendo conscientes de la seriedad de la crisis sanitaria que sigue activa. Para nosotros la prioridad es garantizar la seguridad de nuestro personal y la clientela", apunta la nota de prensa, que recuerda que el bar Jota está abierto al público desde 1936 y es "muy querido entre el público de Sevilla".

En la primera jornada abierto, el hostelero se encontró con la "expectación del público, la necesidad social de recuperar la normalidad y demás factores emocionales". Todo ello provocó, "lamentándolo mucho", que la afluencia de público en el primer día fuera mayor de la que el dueño del bar había previsto, de manera que, "en determinados momentos, nos ha impedido garantizar la distancia de seguridad entre la clientela".

A raíz de eso, el propietario del establecimiento explica que recibió la visita de la Policía Local de Sevilla, que, "en cumplimiento de su deber, estaba inspeccionando los diferentes locales de la zona". "Nos han sugerido implementar medidas adicionales para poder controlar mejor la seguridad, sin que ello haya supuesto multa ni cierre del local", apunta el hostelero. El Ayuntamiento de Sevilla informó de que sí había sido denunciado.

"Una vez informados oportunamente, tomamos la prudente decisión de proceder al cierre al ver que no podíamos controlar la situación. Nos ha parecido la mejor solución para evitar dar pasos atrás en los logros conseguidos por la comunidad sanitaria y el sacrificio del confinamiento", añade el comunicado del Jota, que asegura que se tomará los días necesarios para implantar nuevas medidas que permitan reabrir con garantías. 

El bar concluye su comunicado haciendo un llamamiento a todos los sevillanos, "con el anhelo como todos de volver a los bares y recuperar la vida, para que impere siempre, y más en estos momentos, la responsabilidad y el sentido común para poder continuar adelante".