Los hosteleros de Sevilla vuelven a estar en crisis. Lo han hecho este martes con un paro de la actividad durante cinco minutos y la lectura de un manifiesto en la Plaza de la Alfalfa, acciones con las que se ha protestado por la asfixia económica que vive el sector, que se enfrenta a un alza en los precios de suministros y víveres que hace muy complicada la supervivencia de los negocios. Así lo ha expuesto la patronal, que lleva meses alertando de esta situación compleja, que se suma a la ya sufrida durante la pandemia del Covid. 

Bares y restaurantes son otro de los ámbitos económicos en los que la inflación se deja notar. Cierto es que la clientela se ha mantenido los últimos meses (especialmente tras el verano), pero se ha logrado a base de reducir el margen de beneficios, según indica el colectivo. 

Se ha pasado de pagar una media de 600 euros en la factura de la luz a 3.000, lo que ha dejado sin colchón financiero a muchos establecimientos, que ya contaban con pocas reservas desde las limitaciones impuestas durante la crisis sanitaria. El incremento en los costes de suministros ha rozado el 30%. Ante estas subidas, algunos negocios han optado por un pequeño aumento de los precios en la carta de tapas y platos (apenas un 10%) y otros han decidido dejarlos como estaban, con el fin de no espantar a la clientela. 

Menos gasto por cliente

El empleado del bar echa el cierre durante cinco minutos como protesta.

Los consumidores siguen acudiendo. Las imágenes de los bares llenos se repite cada fin de semana. Pero el gasto medio se ha reducido, pues el coste de la vida se ha encarecido. Se ha pasado de pagar entre 20 y 25 euros por persona a unos 15 o 18. 

La protesta tiene lugar a pocas semanas de que comience una de las épocas de mayor facturación en este tipo de negocios: las comidas de Navidad, que el año pasado se vieron interrumpidas por una de las olas del Covid, por lo que esta nueva temporada se lograría la recuperación completa. El momento más crítico para el sector viene tras las fiestas navideñas. Enero y febrero suelen salir a pérdida. 

Por tales motivos, desde la patronal sevillana se pide al Gobierno central que tome medidas, como las rebajas fiscales, la reducción del IVA o ayudas directas a los negocios.