Con ocho basta
Torre Cajasol
Los enemigos del rascacielos necesitan dos tercios de los votos para lograr que Sevilla entre en la 'lista negra'; sólo 8 sufragios de 21 lo impedirían.
La normativa lo deja meridianamente claro: para que Sevilla pase a formar parte de la tan temida lista negra de la Unesco por la construcción de la Torre Cajasol en la Isla de la Cartuja, hace falta una mayoría más que cualificada entre los 21 países que forman el Comité de Patrimonio Mundial (WHC, en sus siglas en inglés), que actualmente se encuentra reunido en su XXXVI sesión en la ciudad rusa de San Petersburgo. En concreto, el requisito exigido en la normativa del organismo es de "dos tercios de los miembros presentes y votantes", lo que numéricamente, y si todos los convocados acuden a la cita, se traduciría en 14 votos. Con que sólo ocho países de los reunidos se opongan a que Sevilla se incluya en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro, la capital andaluza estaría salvada y el alcalde, Juan Ignacio Zoido, quien ha puesto toda la carne en el asador en este asunto, alcanzaría una sonora victoria política.
Lo cierto es que el desánimo había cundido entre los defensores de la Torre tras el informe de la Unesco en el que se recomendaba al WHC que incluyese a Sevilla en la lista de Patrimonio en Peligro, una especie de purgatorio donde figuran los bienes que, por diferentes motivos (guerras, catástrofes, especulación urbana...), están "amenazados" por "graves" y "precisas" amenazas, según la normativa internacional. Sin embargo, los últimos movimientos de Zoido, especialmente su visita a la sede de la Unesco en París la semana pasada, ha proyectado la idea de que todo es posible. El mismo miembro del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, en sus siglas en inglés), Víctor Fernández Salinas, aseguraba este lunes a este periódico: "Nosotros ya hemos hecho el papel técnico, que es el que nos corresponde. En el informe de la Unesco se ha señalado que el rascacielos diseñado por César Pelli es una agresión al patrimonio sevillano, algo que ha sido continuamente desoído por los promotores y las autoridades españolas, por lo que Sevilla se encuentra ahora al borde de entrar en la lista. Sin embargo, lo se va a presenciar en estos días es pura política, un campo en el que no tenemos nada que ver y en el que no vamos a entrar". Precisamente, el ninguneo al que ha sido sometido continuamente Icomos ha sido uno de los factores más decisivos.
No obstante, La Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural aprobada en 1972 y que rige el funcionamiento del WHC, da la capacidad a Icomos de estar presente (aunque sin derecho a voto) en las deliberaciones sobre el Patrimonio Mundial. Aun así, muchas de las decisiones se toman por consenso, sin tener que recurrir a la votación. El caso de la Torre Cajasol, un edificio de 178 metros que supera con creces a la histórica Giralda (101 metros de altura con el Giraldillo incluido), no parece, aun así, que sea de los fáciles de decidir, aunque comparte el protagonismo con otros seis bienes amenazados en países como Kenia, Rusia, Santa Lucía (caribe), Panamá y Malí.
Zoido intentará convencer a la Unesco de que la torre es un edificio legal y muy caro de parar, y de que no afecta al patrimonio declarado de la Humanidad en la ciudad (Alcázar-Catedral y Archivo de Indias). Asimismo, al igual que Colonia (Alemania) pedirá el perdón bajo la base de que no se autorizará más rascacielos. Dicen que lo tiene fácil. Queda poco tiempo para saberlo.
1 Comentario