Sevilla

Estos son los bienes inmatriculados por la Iglesia en Sevilla que presentan incidencias

El claustro del monasterio de Santa Inés de Sevilla.

El claustro del monasterio de Santa Inés de Sevilla. / José Ángel García

De los 295 bienes que la Iglesia de Sevilla inscribió en el Registro de la Propiedad entre 1998 y 2015, sólo 8 presentan incidencias. Así se constata en el concienzudo análisis que ha realizado la Conferencia Episcopal Española (CEE) sobre el listado de bienes inmatriculados entre 1998-2015 que el Gobierno entregó al Congreso. En la provincia de Sevilla los bienes afectados son cinco conventos, dos casas y un templo y sus dependencias anexas. 

El presidente de la CEE, el cardenal Juan José Omella, informaba este lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que entre los 34.961 bienes que aparecen en el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia católica se ha detectado un millar de incidencias en la adjudicación de propiedad al ser bienes que nunca fueron de la Iglesia, que ya no lo son porque fueron vendidos o que pertenecen a terceros. Este estudio se ha realizado a través de las consultas realizadas a las distintas diócesis y ha consistido en la catalogación de los bienes, su división por diócesis y la verificación de los procesos de inmatriculación en cada uno de los bienes mencionados.

En el caso de la Archidiócesis de Sevilla hay destacar que es una en las que menos incidencias se han detectado, pese a la gran cantidad de bienes que posee. Durante el proceso inmatriculador, iniciado por el cardenal Amigo y culminado bajo el episcopado de monseñor Asenjo, se fueron subsanando algunos errores detectados, como los publicados por este periódico, entre ellos el de la capilla que la Hermandad del Gran Poder posee en propiedad en la parroquia de San Lorenzo.

En los 295 bienes inscritos por la Archidiócesis de Sevilla, hay ocho incidencias. Cinco de ellos se corresponden con propiedades de las comunidades religiosas. En la capital se señalan la iglesia de San José, cuyo titular es la delegación en Sevilla de la Prelatura del Opus Dei; y el monasterio de Santa Inés, cuya propiedad la ostenta la propia comunidad de religiosas que lo habita. En la provincia hay otros tres cenobios apuntados por error. Se trata del Monasterio de Ntra. Sra. del Rosario de Arahal, perteneciente a la Congregación Orden de Santo Domingo; el Monasterio de la Santísima Trinidad de Carmona, cuya titularidad la ostentan las Religiosas Agustinas Recoletas; y el Convento de la Purísima Concepción de Marchena, propiedad de Congregación Orden Santa Clara.

En el caso de Sevilla, además, se han detectado otros tres incidencias de inscripción correspondiente a adquisiciones diferentes a la certificación, es decir, por compraventa, donación, herencia, permuta, etcétera. Se trata de un edificio de uso específico religioso privado en Gines, que se corresponde con una cesión por parte del Ayuntamiento; una casa en La Puebla de Cazalla, sobre la que existe un título de compraventa; y otra casa en San Juan de Aznalfarache, sobre la que pesa un expediente de dominio.

La polémica con la Giralda y la Mezquita de Córdoba

La inmatriculación de los bienes de la Iglesia, acometida entre 1998 y 2015 gracias a la reforma de la Ley Hipotecaria realizada por Aznar, ha estado envuelta en la polémica. Algunos colectivos han alzado la voz para denunciar que la Iglesia se había quedado con la propiedad de bienes como la Giralda o la Mezquita-Catedral de Córdoba que ellos pensaban que deberían estar en manos públicas. El Gobierno, cuando presentó el listado en el Congreso, aseguraba sin tapujos que las inscripciones se hicieron siempre "a la luz de la legalidad". Así lo afirmaba la entonces vicepresidenta Carmen Calvo.

Por su parte, monseñor Juan José Asenjo, arzobispo emérito de Sevilla, en la carta pastoral En honor a la verdad defendía las inmatriculaciones llevadas a cabo. Asenjo repasaba la historia de la Giralda y la Catedral de Sevilla y de la Mezquita-Catedral de Córdoba y se basaba en los títulos históricos para defender la propiedad de ambos bienes y concluir con contundencia afirmando que "la Iglesia no ha sustraído nada a nadie".

El arzobispo emérito mostraba su "perplejidad" por la "deriva incomprensible" que había tomado el asunto de la inmatriculación de los bienes de la Iglesia que, como recordaba, se había realizado a partir de 1998, ya que hasta entonces estaba prohibida la primera inscripción de los templos destinados al culto católico en los Registros de la Propiedad. Asenjo incidía además que en dos legislaturas de Gobiernos socialistas (2004-2011) permaneció vigente el régimen jurídico de las inmatriculaciones de los bienes de la Iglesia, que fue suprimido en 2015. 

En el caso de la Catedral de Sevilla, la Giralda y el Patio de los Naranjos, indicaba que San Fernando, tras reconquistar la ciudad en 1248, le entregó a la Iglesia la antigua mezquita con su alminar y el Patio de los Naranjos, indisolublemente unidos. Entre los muchos documentos conservados en el archivo de la Catedral que avalan este hecho, Asenjo mencionaba el conocido "privilegio de Alfonso X el Sabio", fechado el 5 de agosto de 1252, por el que da a la Iglesia Hispalense "todas las mezquitas que son en Seuilla, quantas fueron en tiempos de moros, que las aya libres e quitas pora siempre por juro de heredat”. Se exceptúan tres “que son agora sinogas de los judíos”.

Más tarde, en 1285, el rey Sancho IV cedió al Cabildo el derecho de patronazgo real sobre las parroquias de la ciudad de Sevilla y arzobispado, salvo las excepciones de El Salvador y algunos priorazgos. "A lo largo de los siglos, la propiedad por parte del Arzobispado y su Cabildo sobre su Catedral no ha sido cuestionada por nadie, hasta el punto de que, en el decreto de desamortización de 1841, en el que se establece que 'todas las propiedades del clero secular… son bienes nacionales' (art. 1º), se exceptúan 'los edificios de las Iglesias catedrales, parroquiales, anejos o ayuda de parroquia' (art.6º)", puntualizaba el arzobispo.

"Podemos afirmar sin temor alguno a equivocarnos, que la Magna Hispalensis fue construida por la Iglesia, del mismo modo que es evidente que tanto ella como la singularísima mezquita-catedral cordobesa, están hoy magníficamente conservadas gracias al compromiso constante de obispos y cabildos", concluía el arzobispo Asenjo.

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