Los casos de la viruela del mono no han dejado de crecer en Sevilla cada semana y en sólo en un mes se han multiplicado por siete. La primera infección se detectó hace dos, el 26 de mayo. Así todo, este martes, la Consejería de Salud y Consumo de la Junta ha notificado 80 contagios en la provincia cuando a finales de junio apenas superaban la decena (11). Sólo en los últimos cuatro días, desde el pasado viernes, se han añadido once nuevas infecciones.

Con estos datos, la provincia continúa siendo la segunda andaluza con mayor número enfermos. Málaga sigue copando la mayor incidencia de la enfermedad, con 146 casos activos este mares. Actualmente, en Andalucía se contabilizan 320 casos, casi medio centenar más que el viernes de la semana pasada. Tras Málaga y Sevilla, la tercera provincia con más infecciones es Cádiz, con 41. Le sigue Granada con 20 y Córdoba con 19. Y ya, con menos de diez contagios, Huelva (ocho), Jaén (cuatro) y Almería (dos).

Desde la Consejería de Salud se informa, además, de la existencia de 78 casos en investigación, tras haberse  descartado 155 que, tras su estudio, se determinó que no eran viruela del mono. Por último, la Junta apunta que hay ya 144 personas que han pasado la infección y ya están de alta sin complicaciones.

Es el primer balance en Andalucía después de que el pasado sábado el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, activara la "emergencia de salud pública de importancia internacional" tras el "aumento exponencial de casos en el último mes" de una enfermedad de la que se han contagiado más de 16.000 personas en 75 países. Europa parte en la peor posición a nivel mundial ya que Europa es la única región del mundo en la que la enfermedad se ha catalogado por los expertos con un riesgo ''alto''.

Con esta ya son siete las ocasiones en las que la OMS ha puesto la voz de alarma ante la rápida propagación de una dolencia, desde que en 2005 un total de 196 países crearan una base legal internacional con el objetivo de poder enfrentarse a las "las amenazas sanitarias globales en el futuro".

Pero, ¿qué es y que supone la declaración de una emergencia sanitaria a nivel global? La declaración formal de la OMS la define como "un evento extraordinario que constituye un riesgo para la salud pública y que potencialmente requiere una respuesta internacional coordinada".

Uno de los factores que han impulsado la activación de esta alerta es su propagación rápida y continua a nuevos países y regiones, así como el riesgo de una mayor transmisión a grupos vulnerables, como personas inmunodeprimidas, mujeres embarazadas y niños", según las conclusiones de los expertos. Ahora, un mes después, un Comité de Expertos dividido en sus votaciones, ha considerado oportuna la coordinación entre países para combatir y reforzar la respuesta contra esta enfermedad infecciosa.

Esta declaración se valora en un evento extraordinario que se determina que constituye un riesgo para la salud pública mundial. Esta definición implica una situación que se presenta de la siguiente forma: es una situación grave, repentina, inusual o inesperada; es una medida de ''llamado a la acción'' y un ''último recurso'; y tiene implicaciones para la salud pública más allá de la frontera nacional del Estado afectado.Puede requerir una acción internacional inmediata.

La máxima prioridad es la de contener el brote con la mayor celeridad posible para que éste no se propague a más zonas de ese país y a otros países que hasta ese momento se encuentran a salvo de la pandemia. Recordamos que para que se produzca un contagio entre dos personas debe producirse un contacto estrecho, principalmente con las pústulas de la piel, aunque también es posible por gotas gruesas de saliva o contacto sexual.