De la cola del paro al patio de butacas
calle rioja
Preestreno. Un detective desempleado interpretado por José María Peña es la primera y delirante apuesta de Pepe Quero después de los Ulen, con música de Kiko Veneno.
UN detective andaluz. La propuesta teatral de Pepe Quero (Granada, 1960) suena a Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. "La primera idea fue la de un turista", dice José María Peña (Sevilla, 1971), el cómplice de esta historia, el actor al que Quero dirige en Peña es... el detective andaluz. Como buena historia de casi-cine negro, hay un tercer hombre. Se llama Kiko Veneno y es el autor de la música.
Esta noche hay un preestreno en la Sala Cero. Un alivio para Peña "Porque en la obra trabajo entre el público y en los ensayos he tenido que hablarle a una butaca". Interpreta a un detective en paro. "Nada raro en Andalucía. Hasta el papa Francisco ha dicho que tenemos el récord", tercia Quero. El detective desempleado acude por primera vez en su vida a una sala de teatro y en el público encuentra las respuestas a sus demandas: la amistad, el amor, la nostalgia. "En el patio de butacas hay un Ats que hizo la mili conmigo". Es una metáfora de la muerte del teatro, tantas veces profetizada, la profecía más falsa de las artes. "El cine o la televisión no son sino teatro grabado", defiende Quero los orígenes, "el teatro tiene esa parte efímera pero a la vez hermosa".
Llegan los ecos de un gol o una jugada dudosa desde las pantallas de los bares de la Alameda. Los saluda un motorista. "Es un detective auténtico. Hay unos cuantos en esta zona". Es un detective "antropológico", según su creador, Pepe Quero, que realiza su primer trabajo de dirección fuera de los Ulen. "Hemos visto varias veces El guateque de Blake Edwards, el personaje tiene más de Peter Sellers que de Colombo. Es un detective amable, sincero". Les hubiera gustado acudir en verano al festival de teatro de Palma del Río. "En la Junta les sonará raro lo de detective andaluz. Pensarían que íbamos a sacar lo de los eres".
Un detective muy andaluz. "El adjetivo es tan importante como el sustantivo. Quitando algún catalán y algún madrileño, aquí está el órdago del arte y la creatividad. Pese a los Lorca, los Cernuda, los Velázquez, los Góngora de antes, ahora y siempre, seguimos con el cliché de la criada andaluza en la serie de Tele 5".
Un director y un actor frente a frente. "Es como trabajar con un hermano", dice Quero. "Como los hermanos Coen, pero Peña da la cara". De dos generaciones distintas del Instituto de Teatro, es la primera vez que trabajan juntos en un proyecto teatral. "Coincidimos en una serie de Canal Sur, Castillos en el aire", recuerda el director de la obra. "En el elenco había gente como Paco León, Paco Tous, Juanma Lara, Mayte Sandoval, Belén López. Aquello no cuajó, los directivos de Canal Sur no apostaron por ella y años después me pidieron que los buscara para otra historia. Se habían hecho famosos, habían cambiado sus cachés. Así nos va. Y de eso va El detective andaluz".
Teatro-denuncia con pócimas de sarcasmo. "Somos usuarios de la calle Feria", dice quien protagonizó en esta calle la obra El primer pobre de Europa, en la que sale de un contenedor de basura y que sí estará en Palma del Río, "y esa calle ya sabemos que es muy cuidadosa de sus tradiciones de Semana Santa y del Rocío, pero no se rasga las vestiduras cuando llegan directrices bancarias de fuera o un magnate árabe dirige un equipo de fútbol".
La Alameda no es sólo cantera de detectives. Son del barrio, de este abigarrado Soho de los antiguos corrales y colmaos, algunos de los que forman parte de la ficha técnica: Otto Pardo, escenógrafo, Enrique Cameno, responsable del diseño gráfico, o José Chaves, sempiterno lector de periódicos en La Piola o el Aguilar, actor reconvertido para la ocasión en artífice del sonido y la iluminación. Que en una sala de teatro es lo más parecido a la creación del mundo.
En la ficha de la obra se deja bien clara la procedencia de la subvención: "Nadie, Nadie, Nadie". Nadie subvenciona a nadie, parafraseando a Juan Bonilla. Han hecho sus pinitos en el cine. A Peña se le vio hace poco en la película Quince días contigo. Pepe Quero encarna al descacharrante comisario de El mundo es nuestro, una película autóctona "que mira a Azcona, a Berlanga". Se ha especializado en ese rol. En la serie El Príncipe, con José Coronado, hace de policía portero.
Los detectives detectan. Quero y Peña, como San Spade y Miles Archer, olfatean el realismo nada mágico de lo que les circunda. Goles en los bares y el teatro en fuera de juego. El tema musical lo grabaron en casa de Kiko Veneno, que ya colaboró con los Ulen en trabajos como Mucho sueño o Somos novios. Aunque su detective es andaluz, desde Ayamonte a Carboneras, de Cazorla a Sanlúcar, están dispuestos a llevarla "a Marte si hace falta". Y lo más cercano por orden alfabético es Madrid. Pepe Quero viaja a la Corte para valorar las posibilidades de llevar al detective andaluz a una sala que ha abierto el actor Alberto Sanjuán en Lavapiés.
Este detective andaluz, sabuelo vernáculo, guarda cola en el Inem mientras vuela el halcón maltés. Hay un trasunto teatral en su oficio, en el que la palabra es tan relevante como los silencios. "La obra", dice Pepe Quero, "es un homenaje a la pantomima clásica, al cine mudo".
Los dos atravesaron trances cervantinos, remedos de vendaje y escayola, uno jugando al voleibol, el otro con una ventana.
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