Fernando Mayo se emociona cuando observa las dimensiones que va tomando una iniciativa solidaria que inició hace unos días un grupo de restauradores locales dispuestos a hacer piña siempre por el bien del pueblo. Hace unos meses la alianza que surgió para defender a Los Palacios como destino gastronómico se ha tornado en una poderosa herramienta solidaria que está dando de comer a decenas de familias palaciegas que ya se han visto afectadas por la crisis del coronavirus, que no sólo es sanitaria, también social y económica.

La hacienda Santa Clotilde, gestionada por los hermanos de Casa Manolo Mayo, ha cambiado las bodas y eventos por una gran cocina y almacén del que salen preparados a diario un centenar de menús.  A ellos se han unido La Pachanga, Casa Juanma y Casa Moral, los otros restaurantes que forman parte de la Ruta del Arroz y que pusieron su dinero y su trabajo, y otros muchos vecinos que están colaborando desinteresadamente y desde el anonimato. “Somos parte de nuestro pueblo y nuestro espíritu es imparable”, comenta Fernando Mayo aludiendo a un sentimiento “moñiguero”, gentilicio popular, que refuerza y antepone la identidad de pueblo por encima de todas las cosas. La inspiración y ahora también la ayuda viene del restaurante María Trifulca y uno de sus cocineros, Germán Franco, hijo del cocinero de Casa Juanma, que desarrolla una iniciativa similar en Triana.

El reparto se realiza a través de los servicios sociales del ayuntamiento y de Cáritas. Y la intención es seguir captando donaciones para alargar este proyecto el máximo de días.

35 días en  concreto lleva José Gasparo, propietario de una tienda gourmet, distribuyendo comidas preparadas a cerca de cien vecinos. Iniciativas de corazón a las que se ha sumado ahora el comerciante Jesús García Castillo, que ha donado cientos de bocadillos de jamón entre los sanitarios de la UCI del Virgen Macarena.