La intención del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, de eliminar alrededor de 800 plazas de zona azul -200 de ellas en el barrio de Bami- fue recibida ayer con satisfacción entre los vecinos y trabajadores de Bami. Esta nueva medida supone para la mayoría de ellos no sólo una buena noticia sino un gran ahorro económico, pues para algunos de ellos la implantación de los estacionamientos regulados por parquímetros ha supuesto un gasto de 180 euros mensuales.

Según los testimonios de trabajadores de los negocios de la barriada, vecinos del lugar, enfermeros del Hospital Virgen del Rocío y gorrillas la medida del gobierno socialista tiene muchas ventajas.

"No puedo trabajar y salir a pagar el parquímetro a la vez", contesta Yolanda Perico. Esta profesional de la hostelería confiesa que le han llegado tres multas por retrasarse diez minutos en la renovación del estacionamiento de su vehículo. "No puedo pagar cada día seis euros para venir a trabajar o 35 (si se efectúa el pago antes de dos meses) de multa", explica Perico indignada. Al escuchar la posible medida que el nuevo alcalde va a realizar, esta camarera, de 29 años, muestra su agrado. El enfado que ha producido la implantación de la zona azul es patente entre los trabajadores de la zona. "Prefiero pagarle al gorrilla un euro ó un cigarro antes que gastarme al mes cerca de 180 euros en aparcar", sugiere esta mujer.

Los vecinos reiteran sus quejas sobre la zona azul que implantó el gobierno anterior del PP. "La situación se ha descontrolado en esta barriada", explica decepcionada Dolores Muñoz, quien añade que "la degradación en vez de disminuir, va en aumento". Esta vecina que habita en la calle Bami aseguró a este periódico que, en su opinión, Zoido se ha desentendido de este problema que afecta actualmente al barrio. Ante la probabilidad de una mayor afluencia de aparcacoches ilegales en la zona, esta vecina lamentó que el problema de los gorrillas es incontrolable y que no debería existir la zona azul.

Los enfermeros del Hospital Virgen del Rocío, la ciudad sanitaria más grande de Andalucía, tambien se mostraron aliviados al enterarse de la nueva posible medida de supresión. "Estamos hartos de aparcar en el estadio Benito Villamarín para no tener que pagar el maldito parquímetro", confirma un enfermero a las puertas del hospital público, "los gorrillas y las zonas azules son una de las causas que han provocado la degradación de esta zona de Sevilla". El Consistorio proyecta facilitar a los trabajadores sanitarios las plazas del parking Rafael Salgado.

Frente a los elogios generales a la supresión de la zona azul, existen unos pocos propietarios que la ven con recelo. Entre ellos está Carmelo Cortijo, que regenta una tienda de alimentación: "La zona azul da caché al barrio de Bami, aunque realmente es una situación muy complicada para el distrito". En su opinión, "no llegarán a suprimirse las plazas en zona azul colindantes al hospital o sí pueden eliminarse aquellas que no sean rentables". Se refiere a la eliminación de la zona azul en la Palmera.

La regulación de aparacamientos en superfiecie ha afectado a la gran parte de la clientela de los establecimientos comerciales que allí operan. Según los comerciantes consultados, los trabajadores no se toman una cerveza al salir de su empleo si saben que van a tener que pagar el tributo de la zona azul.

Su mujer, Dolores Borrallo, espera que la situación de la barriada mejore si se produjese tal cambio. "Este problema ha perjudicado gravemente a Bami", aclara Borrallo, quien añade que han realizado manifestaciones ante el Ayuntamiento sin ningún tipo de resultado. La copropietaria de la tienda de alimentación afirmó que amigos suyos barceloneses han tenido que aparcar en Reina Mercedes para no tener que pagar ningún tipo de tributo.

Para los aparcacoches ilegales si se acaba la zona azul tendrán más trabajo. Uno de ellos, que no quiere decir su nombre por miedo a la imposición de una multa, mostró ayer alegremente su conformidad ante la erradicación de esta zona azul. "Si la quitan, habrá más trabajo para nostros, aunque no supondrá realmente un gran cambio", pronostica este aparcacoches.

Las declaraciones del alcalde han sorprendido a residentes y trabajadores. Una medida que deja múltiples interrogantes, la mayoría de ellos acerca de los gorrillas y sobre el futuro de la barriada. Esperan que esta nueva postura sea el comienzo del inicio de la recuperación de Bami.