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“La digitalización permitirá situar al usuario en el centro de nuestra gestión”

  • Hablamos con Jaime Palop, Consejero Delegado de Emasesa

“La digitalización permitirá situar al usuario en el centro de nuestra gestión”

“La digitalización permitirá situar al usuario en el centro de nuestra gestión” / Archivo

-¿Cúal es el objetivo de Emasesa para 2022?

–Tenemos varios, pero dada la situación de escasez en la que nos encontramos, nuestro principal objetivo hoy por hoy es garantizar el suministro y la calidad del servicio para satisfacer la demanda. Y hay que hacerlo muy bien, porque la situación es delicada. En EMASESA comenzamos a gestionar la sequía con suficientes reservas y con tiempo, que es como hay que hacerlo. Logramos adelantarnos a la actual situación con el objetivo de que, por primera vez, no se produzcan cortes de agua, salvo que se presente un escenario muy adverso.

Pero para lograrlo tenemos que tratar de reducir el consumo, pasando de los actuales 116 litros por habitante y día a 90. Por ello es tan importante la labor de concienciación ciudadana y la colaboración de todos los colectivos más allá de los tradicionales usuarios. De hecho, con la campaña de ahorro de agua OBJETIVO 90, hemos lanzado un reto coral que, a través de convenios, contará con la participación de consumidores, industria, comercios, hoteles, hostelería… Y por supuesto, de las instituciones públicas.

–El papel de la ciudadanía a la hora de ahorrar agua es claro, pero ¿qué puede hacer EMASESA para paliar la actual situación de sequía?

–La gestión del agua siempre ha exigido un manejo cuidadoso de un bien tan escaso, pero ahora, con el cambio climático, estamos obligados a gestionar en clave de eficiencia. La ciudadanía no sólo tiene derecho al agua, sino a que ésta se gestione de forma eficiente. Por ello, EMASESA ha hecho una fuerte apuesta por la tecnología con un ambicioso Plan de Trasformación Digital que permitirá ofrecer una gestión más eficiente, más resiliente y un mejor servicio.

En este contexto, cabe recordar el peso que ha tenido la pandemia que hemos sufrido. La llegada del Coronavirus ha desencadenado una crisis económica y social que las Administraciones han tratado de paliar inyectando dinero en el sector público. Además, nos encontramos con una sociedad nueva, más participativa, más inquieta, que requiere de más información. Por ello son tan importantes las nuevas tecnologías y por ello en EMASESA las estamos instaurando.

Uno de los ejemplos más claros es la implantación de un sistema de tele-telectura que permitirá conocer en tiempo real el consumo de cada contador, lo que abre un abanico inmenso de posibilidades. También estamos perfeccionando la robotización/automatización de los procesos productivos, principalmente potabilización y depuración, con lo que se mejorará la calidad de dichos procesos y se ganará, de nuevo, en eficiencia.

Y por supuesto, este proceso de digitalización nos permitirá situar al usuario en el centro de nuestra gestión, ofreciendo un atención digitalizada y nuevas y mejores prestaciones.

–¿En qué beneficia a los usuarios esta transformación?

–En todo. Al aumentar la variedad de canales de atención, por ejemplo, se ganará en agilidad y eficiencia y se simplificarán los procesos administrativos. La relación usuario-empresa será mucho más rápida y fácil. Permitirá, además, recopilar datos en tiempo real gracias a dispositivos como los contadores inteligentes y la tele lectura, que nos alertarán de posibles fugas, por ejemplo y permitirán avisar al usuario si su lectura es anómala.

–¿Cómo será EMASESA en un horizonte a medio plazo?

–Tratamos que sea la que la ciudadanía necesita y demanda. De hecho, hemos trazado una hoja de ruta denominada Plan EMASESA 2030 que supone el resultado de un intenso proceso participativo y de reflexión que nos ha permitido fijar los objetivos a cumplir en los próximos años. A través de nuestro Observatorio del Agua, en el está representada la ciudadanía a través de asociaciones de vecinos, consumidores y usuarios, organizaciones ecologistas, Universidad, organizaciones sectoriales, Universidad, etc… Hemos debatido, formulado y definido cómo debe ser la empresa pública de aguas de Sevilla y su área metropolitana.Se trata de una herramienta adaptada a la realidad y a los recursos disponibles, alineada con el contexto nacional e internacional y, concretamente, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

–¿Y en qué se traduce el Plan Emasesa 2030?

–Este plan estratégico tiene como premisa la eficiencia y sostenibilidad de la empresa. En ese sentido contamos con una experiencia de casi 5 décadas y un modelo de gestión consolidado, reconocido a nivel nacional e internacional. Pero como todo, es susceptible de mejoras, sobre todo en un marco de cambio climático donde el bien que gestionamos, el agua, será cada vez más escaso. Por ello estamos haciendo un gran esfuerzo en digitalización, en diversificación de fuentes de suministro, en renovación y mejora de infraestructuras y en utilización de energías limpias que no sólo nos permitan cumplir con los ODS, sino disponer de un modelo de gestión resiliente y excelente.

–El agua es el gran pilar, preocupación y apuesta de Emasesa pero también las personas...

–Efectivamente, en EMASESA situamos a las personas en el centro, focalizando nuestra actividad hacia los usuarios, hacia la ciudadanía, hacia nuestro equipo humano y hacia la sociedad en general. Tenemos un gran pilar que es nuestro capital humano. Trabajamos para que el usuario tenga un mejor servicio y atención y para ello es imprescindible contar con un buen equipo, motivado y altamente cualificado.

Las personas destinatarias del servicio son nuestro otro pilar. Por ello garantizamos el consumo de agua mínimo vital a través de la tarifa social. Por ello, existen órganos como el Observatorio del Agua que permite la participación ciudadana a través de colectivos y grupos de interés para una co-gobernanza real y efectiva. Y por ello estamos en un proceso de digitalización que permitirá ofrecer una gestión más eficiente y un servicio multicanal más ágil en un entorno de cambio climático que nos empuja a ser cada vez más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

–Hablando de sostenibilidad, ¿cómo ve el proceso de descarbonización?

–Básico si queremos minimizar los efectos del cambio climático que tanto se notan, precisamente, en el recurso que nos ocupa, el agua. En EMASESA tenemos una gran tradición y experiencia en la labor de concienciar y educar a la población en el ahorro de agua. Llegados a este momento, hay que aprovechar para introducir la necesidad de cambiar los hábitos de consumo, no sólo para ahorrar agua de manera puntual y ante una sequía, sino de manera permanente y en todos los aspectos para lograr un mundo más descarbonizado.

En este sentido, aunque de 2015 a ahora ya hemos reducido en más de un 55% las emisiones de CO2 desde 2015, en EMASESA pretendemos alcanzar la neutralidad en carbono en 2025. Para ello desarrollamos varias acciones de mitigación dirigidas a la reducción y retirada de la atmósfera de los gases de efecto invernadero generados en la gestión integral del ciclo del agua.

En este sentido, hemos aumentado nuestra capacidad de generación hidroeléctrica, hemos incrementado la energía generada con biogás en las estaciones depuradoras de aguas residuales para alcanzar su autosuficiencia, estamos estudiando el desarrollo de una planta fotovoltaica para abastecernos, utilizamos energía procedente de fuentes renovables, etc…

–¿Qué consejos da a la sociedad en general para mejorar el uso del agua? ¿Y para tomar conciencia del medio ambiente?

–La concienciación ciudadana y la educación ambiental es fundamental en este aspecto. La ciudadanía ya tiene una gran experiencia a la hora de afrontar sequías y el consumo está muy ajustado. Sin embargo, no hay que olvidar que Sevilla y su área metropolitana se sitúan en una zona altamente vulnerable al cambio climático y en especial a los periodos de sequía, donde la experiencia ya nos alerta de su aparición periódica y sistemática. De hecho, en 2019 Sevilla fue la primera ciudad de España declarada en Estado de Emergencia Climática.

Es por ello que todos debemos colaborar para tratar de paliar esta situación de escasez. Y digo todos porque habitualmente ponemos el foco únicamente en los usuarios.

Hay que hacer un ejercicio de concienciación colectivo y reorientar nuestros hábitos para ajustar los consumos bajando de los 116 litros por habitante y día actuales a 90. Instituciones, comerciantes, empresas, usuarios, todos. Aplicando sencillos consejos de ahorro, unos; perfilando y cumpliendo planes de eficiencia, otros. Nuestro futuro depende de ello.