Todo empezó con un 'buenos días'
Paisanaje. Muchos de los personajes que ha fotografiado acudieron al centro Cívico Las Sirenas a la inauguración de la exposición de gente de la Alameda de Ana Escalera
ESTABA recién llegada al barrio y, acostumbrada al trato con la gente en el estudio de fotografía de Llerena, su pueblo extremeño, lo único que Ana Escalera quería cuando llegó hace siete años a la Alameda era decir buenos días y buenas tardes. "Pero no conocía a nadie". Empezó a cavilar y tuvo una idea genial. Nacida en una familia de fotógrafos, su juguete favorito siempre fue una cámara que le regaló su padre. "Decidí utilizar mi herramienta, la cámara, entré en las casas, en las tiendas, en los bares. Y ya soy para todos Ana la fotógrafa".
El resultado de este acercamiento tan original a un paisanaje humano desde el paisaje cultural es la exposición Gente de mi barrio, que ayer se inauguró en el centro cívico Las Sirenas. Ana Escalera llenó el patio de la casa-palacio y uno de los locales anexos donde se proyectó un audiovisual que ha dirigido Juana García Linares, también extremeña, de Acehúche, cerca de Almendralejo, hasta su jubilación profesora de Lengua y Literatura en unos cuantos institutos, el último el Azahar, en el Polígono Norte.
Ana y Juana se conocieron en el Aula de Experiencia. La fotógrafa se vio ayer gozosamente superada por la respuesta de los vecinos, sus singulares modelos. A todos ellos les prometió regalarle la foto correspondiente. El audiovisual se abre con el primer retrato que hizo, el de Luis Astola, el carbonero de la calle Parras, que llegó a la inauguración con su madre y con su tía. "Yo creo que el último que hizo fue el mío", dice Osi, que a las ocho empezaba su taller de Yoga.
El blanco y negro y la propia historia de la Alameda, los sucesivos procesos de degradación, especulación, remodelación y actual indefinición, le dan a la muestra un aire de neorrealismo italiano. El país de procedencia de Ana María Tomasicchio, joven de Bari fotografiada en un primer plano y paseando por la Alameda con sus galgos Antonio Banderas y Antonio de Curtis, nombre del cómico Totó. Ana es bibliotecaria y trabaja en la librería-bar El Viajero Sedentario. Hay más libros: el que lee Evelyn, una americana afincada en la Alameda, o los que sujeta la librera Esperanza Alcaide.
Eustaquia, extremeña octogenaria que llegó a Sevilla desde Valverde de Llerena, se reconoce junto a un camarero de La Alegría de la Feria. Están el carbonero, el pescadero y el pollero, Juanma, que después echa una mano para que se oiga el audiovisual. "Es que también soy dj". Hay dos dentistas de la calle Feria: Antonio Ortiz y Joaquín Dholdán; la guitarra de Juan del Gastor, el baile de Tamara.
Ana Escalera hace fotografía en los viajes. El último, al Sahara. Buena caminante con su cámara, por eso ha incluido en la galería de relatos a Rosa, su podóloga. En la tienda de marcos, Marcelo Culasso tiene sobre el mostrador a Aldo, uno de sus perros. Falta Apache. Le hubiera encantado conocer a Antonio Banderas. La fotografía como acercamiento a un barrio, la metáfora del buenos días, y como herramienta sociológica y antropológica. Oficios señeros para rituales de siempre, como las cartas con remitente y destinatario que sigue llevando Gavira, el cartero del barrio.
No hay comentarios