Así evitó la Policía una Madrugada de pánico

La rápida reacción de los agentes cortando la calle Relator y el aviso casi inmediato en redes sociales minimizó el incidente de la explosión de gas

El subdelegado del Gobierno, sobre las vallas: "Si hay que cambiar algo, se hará"

Un operario trabaja en las arquetas de la calle Relator mientras pasa el Señor de la Sentencia por la calle Feria.
Un operario trabaja en las arquetas de la calle Relator mientras pasa el Señor de la Sentencia por la calle Feria. / D. S.

La explosión de dos arquetas en la calle Relator pudo provocar una Madrugada de pánico, con gente corriendo despavorida sin saber de qué ni hacia dónde, como ya ocurrió en los años 2000 y 2017. La experiencia de estas dos ediciones (más la de los incidentes menores que hubo en al menos otros tres casos en los últimos 25 años), el amplio dispositivo de seguridad existente y la rápida reacción de la Policía y de la hermandad de la Macarena, que era la que pasaba junto al lugar de los hechos, impidieron que la Madrugada de 2025 se rompiera.

Clave fue la presencia de policías nacionales de paisano infiltrados en la bulla, lo que la Policía Nacional llamó operación Cirio y que era una novedad este año, además de la rápida llegada de los uniformados. Siempre ha habido policías de paisano en el dispositivo de la Semana Santa, pero en este caso la Comisaría Provincial había apostado por reforzar el número y sacar a las unidades de Policía Judicial para prevenir delitos, sobre todo contra el patrimonio y posibles agresiones sexuales. Se hizo así siguiendo el modelo de la Feria del año anterior, cuando se llamó operación Albero, y que tuvo un gran éxito con la detención incluso del presunto autor de tres agresiones sexuales a otras tantas jóvenes cuadno regresaban a casa.

Estos policías de la operación Cirio fueron los primeros que se toparon con el problema. Sobre las tres menos diez minutos de la mañana, una explosión de gas metano hizo que dos arquetas reventaran y salieran disparadas por los aires. La explosión estuvo provocada por la sobrecarga del cableado eléctrico. Quizás, no se ha podido averiguar, alguna colilla o similar hiciera saltar la chispa. Una persona resultó herida leve. Los policías nacionales de la operación Cirio reaccionaron inmediatamente, se colocaron sus chalecos corporativos (con tonos en amarillo fluorescente) para que se les viera bien y pidieron a los nazarenos y al público que mantuvieran la calma.

En las imágenes de televisión (Canal Sur estaba retransmitiendo el paso por la Alameda) y en los vídeos publicados en las redes sociales puede verse perfectamente a un grupo de unos diez policías nacionales moviendo las manos ostensiblemente, de arriba abajo y repetidamente, mandando una clara señal de calma al público, que se tranquilizó rápidamente. Los policías tomaron la calle Relator, en la que en ese momento no se sabía qué había aunque se sospechaba que era una explosión de gas por el olor, e impidieron que nadie pasara por ella por si se producía una nueva deflagración.

Así se evitaron las primeras carreritas del público, que a buen seguro habrían provocado un efecto dominó como ya ocurrió otras veces durante la Madrugada. Los responsables del dispositivo de la Policía Nacional están convencidos de que, de no haber reaccionado a tiempo, el público habría empezado a correr despavorido en todas las direcciones y el incidente hubiera podido ser tan grave como los de 2000 y 2017. De haber llegado por la Alameda hasta la plaza del Duque (siempre el sonido va por delante y, en las anteriores ocasiones, la gente echó a correr al oír el murmullo creciente, sin esperar a ver qué pasaba), habría afectado al público que se encontraba allí, que acababa de ver pasar el Gran Poder y que estaría también a la espera de la llegada del Silencio.

Una vez abortado este conato de carreritas, y asegurados de que no ocurría nada organizado, los responsables del dispositivo de seguridad se apresuraron a lanzar un mensaje de tranquilidad en las redes sociales, para que no corrieran los bulos ni los mensajes de pánico entra la población. El jefe de la Comisaría Provincial de Sevilla, Ernesto López Ganfornina, pidió al responsable de la cuenta de Emergencias Sevilla que publicara la información oficial cuanto antes. Lo hizo así a pesar de que son administraciones distintas, pero sabiendo que la cuenta de Emergencias Sevilla (que aglutina los servicios municipales como la Policía Local y los Bomberos) tiene un elevado número de seguidores en la capital andaluza y el mensaje llegaría a mucha más gente en tiempo real.

A las 3:07, menos de veinte minutos después del incidente, Emergencias Sevilla publica el siguiente texto: "2:50 h. En calle Relator, 26 se ha producido una deflagración en un registro eléctrico de suelo por acumulación de gases tras la combustión de cableado. Una persona ha resultado herida leve. Efectivos de emergencia están en el lugar. La situación está controlada y no reviste gravedad. Gracias por tu colaboración". Acompaña la publicación con una serie de consejos, como no correr, no gritar, seguir las indicaciones de los agentes, mantener la calma y prestar especial atención a menores y personas con discapacidad. En Twitter, el mensaje tuvo más de 200.000 visualizaciones.

Con la situación controlada, la Policía, la hermandad de la Macarena y el Consejo acuerdan sobre la marcha cambiar el recorrido de vuelta y no pasar por la calle Relator, para garantizar así la seguridad de todas las personas. Esto se comunica poco después, también por los mismos medios. Al mismo tiempo, los Tedax revisaron las arquetas reventadas. No se hallaron restos de explosivos ni de detonadores, lo que confirma que fue una explosión accidental, que coincidió con el momento en el que pasaba la cofradía.

Además de este trabajo en la Madrugada, la operación Cirio ha servido para reducir sensiblemente el número de delitos cometidos en Semana Santa en relación con años anteriores. La Semana Santa de 2025 ha transcurrido sin incidentes destacables, más allá de las críticas vertidas por la colocación de las vallas en determinados puntos.

La de la Campana, que cortó el paso a La Estrella y al Baratillo, es competencia del Ayuntamiento de Sevilla. En el Postigo, Placentines, Alemanes y Francos, la Policía Nacional cree que debe haber vallas para garantizar el paso de las hermandades, mientras que en la Cuesta del Rosario se deja libre un pasillo para una evacuación en caso de incidentes. Se puede debatir sobre si las vallas pueden ajustarse algo más para estar más cerca del público, algo que se revisa ya para el año próximo.

En el caso de las entradas y salidas de los templos, son las hermandades las que colocan las vallas para poder salir con más comodidad. Lo que ocurrió con San Isidoro fue que la hermandad colocó las vallas en la salida, pero no lo hizo en la entrada. Al llegar la Policía antes de que lo hiciera la cofradía, uno de los agentes decidió poner las vallas y lo hizo alejando demasiado al público del templo. Cierto es que la hermandad de San Isidoro mostró públicamente su queja, pero fuentes de la Policía Nacional destacan que ha sido la única de las más de 70 hermandades con las que han trabajado que ha tenido un problema. Algo que, sin duda, debe revisarse para ediciones venideras, pero no puede empañar una de las Semanas Santas más exitosas de la historia reciente en el capítulo de la seguridad.

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