El éxito colectivo del convento de Santa Isabel

La iglesia de las religiosas filipenses recobra el esplendor tras la renovación del suelo y el recalce de la cimentación, o la restauración de la portada renacentista y el retablo mayor

Las murallas y puertas de Sevilla carecen de señalización

La misa celebrada el pasado jueves.
La misa celebrada el pasado jueves. / Juan Carlos Muñoz

Unos trabajos que han ido mucho más allá de lo inicialmente previsto gracias al esfuerzo de la comunidad y de numerosos particulares e instituciones. La iglesia del convento de Santa Isabel luce estos días un aspecto renovado gracias a las distintas obras que se han realizado en los últimos meses. Con una inversión que ha estado en torno a los 300.000 euros, se ha actuado en elementos estructurales y otros meramente decorativos, devolviendo el lustre a la fantástica portada renacentista, restaurando y limpiando el retablo mayo o reparando la maltrecha solería. Pero todavía quedan tareas pendientes, por lo que las religiosas filipenses seguirán con la recaudación de fondos para ello pero manteniendo en el primer plano lo más importante: su importantísima labor social. “Es una obra para Sevilla. La iglesia con 400 años seguirá ahí. Nosotros somos sus administradores temporales”, recalcan desde la comunidad.

El pasado jueves 1 de mayo se celebró la misa de acción de gracias por haber llevado a buen término todas estas obras. Durante la eucaristía, se agradeció a particulares e instituciones su inestimable ayuda. Entre estas últimas, hay que destacar a la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento, o la Real Maestranza de Caballería. Todos, junto al esfuerzo que ha hecho la comunidad, han posibilitado que la iglesia luzca más bella que nunca.

La fabulosa portada renacentista.
La fabulosa portada renacentista. / Juan Carlos Muñoz

Entre las actuaciones, como ha ido dando cuenta este periódico, se ha restaurado la excepcional portada renacentista, se ha realizado una imprescindible tarea de cimentación en el templo, ya que sólo tenía una zapata en los muros, y se ha creado una cámara de aire para evitar la condensación y la consiguiente humedad. Se ha renovado la solería que estaban totalmente fragmentada. Se han integrado las lápidas que dan acceso a las bóvedas de enterramiento en la solería y anteriormente estaban ocultas. Se ha restaurado y limpiado el retablo mayor. Se ha instalado una nueva iluminación y se ha pintado. La restauración de la portada y la intervención en la iglesia ha corrido a cargo de la empresa Joaquín Pérez Díez, mientras que el retablo mayor lo ha intervenido Beltrán Castro-Palomino Hernández.

Entre los siguientes proyectos que se deberían acometer están la restauración de los retablos laterales, los murales, que son originales de la Orden de Malta, y hacer un museo en el que se puedan ver varias de las obras de interés que hay actualmente diseminadas por el convento, así como abrir al público varias salas de interés. Para lograrlo, seguirán con las visitas al convento y realizando diversos sorteos. “Haremos como hasta ahora todo lo posible por recuperar para Sevilla este convento. Estamos muy agradecidos porque la gente ha respondido bien. Y ahí está el resultado”, explica Enrique García Cumbreras, administrador de la congregación Filipense Hijas de María Dolorosa.

De izquierda a derecha:  Joaquín Guajardo Fajardo, secretario- archivero de la Real Maestranza; Mar Sánchez Estrella, secretaria general de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía; Amidea Navarro, delegada del distrito Casco Antiguo; Toni Martín Iglesias, portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía; Soledad Calzado Lebrón, Madre General de las Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa; Nicolás Coronel Medina, diputado primero de la Real Maestranza; Antonio María González Pacheco, presidente regidor de la Orden de San Clemente y San Fernando; Olga Carrión, directora del Instituto de la Mujer de Andalucía y Enrique García Cumbreras, administrador de la congregación Filipense  Hijas de María Dolorosa.
De izquierda a derecha: Joaquín Guajardo Fajardo, secretario- archivero de la Real Maestranza; Mar Sánchez Estrella, secretaria general de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía; Amidea Navarro, delegada del distrito Casco Antiguo; Toni Martín Iglesias, portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía; Soledad Calzado Lebrón, Madre General de las Religiosas Filipenses Hijas de María Dolorosa; Nicolás Coronel Medina, diputado primero de la Real Maestranza; Antonio María González Pacheco, presidente regidor de la Orden de San Clemente y San Fernando; Olga Carrión, directora del Instituto de la Mujer de Andalucía y Enrique García Cumbreras, administrador de la congregación Filipense Hijas de María Dolorosa. / M. G.

Estas restauraciones que sirven para que Sevilla redescubra este convento, se han realizado sin que la comunidad descuide su importantísima e imprescindible labor social. Cuentan con dos centros para menores, un hogar que acoge a mujeres en riesgo de exclusión, realizan un reparto diario de bocadillos y disponen de un ropero social. La restauración no estaba en su agenda ni entre sus prioridades. Sus esfuerzos siempre fueron hacia los más desfavorecidos. “La sociedad lo ha entendido y nos han apoyado. La congregación, obviamente, también ha puesto parte de sus recursos. Pero sin el apoyo de la sociedad hubiera sido imposible”, recalca García Cumbreras.

La orden de Malta

La iglesia y la congregación son fundadas por Isabel de León en 1490 para la rama femenina de la Orden de Malta, que se llamaba entonces de San Juan Bautista. En aquellos años de finales del siglo XV se dedicaban a tejer lienzos, cuidar a los enfermos cuando venían de Tierra Santa, o rezar por ellos. De ese primer momento sólo queda un claustro mudéjar muy original que cuenta con unos pilares ochavados y una fuente que muestra la fecha de construcción.

En el año 1600 se hace la iglesia actual por parte de Alonso de Vandelvira. Todas las pinturas del retablo mayor eran de Juan del Castillo, maestro de Murillo, pero el mariscal Soult las expolió todas durante la ocupación francesa. Originales sólo quedan las pequeñas del ático, relativas a la infancia de San Juan Bautista. Posteriormente se hicieron copias de las pinturas robadas por los franceses, que con las que se ven ahora.

El nuevo aspecto de la iglesia de Santa Isabel.
El nuevo aspecto de la iglesia de Santa Isabel. / Juan Carlos Muñoz

Cuando era convento de la orden Sanjuanista, el retablo estaba presidido por una imagen de San Juan Bautista de Juan de Mesa, que ahora se sitúa en un altar lateral. El espacio principal lo ocupa ahora la Virgen de los Dolores, obra de Cristóbal Ramos (siglo XVIII). El retablo entero es de Juan de Mesa y lo ensambló junto a su cuñado, Antonio de Santa Cruz.

Tras la Desamortización de Mendizábal de 1836, el convento pasa a manos civiles. Se convierte en la cárcel de mujeres de Sevilla y luego en una casa de arrepentidas y en un colegio gratuito para niñas pobres. En el último tercio del siglo XIX pasa a las actual congregación que le da la misma orientación que tuvo con la Orden de Malta.

Son muchas las joyas patrimoniales que se pueden ver en la iglesia en el coro, como el Crucificado de la Misericordia, realizado por Juan de Mesa en 1622, que ha sido objeto de deseo de numerosas cofradías.

Antiguamente, el convento se llamaba de la visitación de Santa Isabel, de ahí el relieve de Andrés de Ocampo de la portada.

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