La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez aguanta más que el telexto
La madre de Rocío Arauz murió el pasado jueves en un hospital en Sevilla. Tenía cáncer, pero no fue diagnosticada. La historia del "peregrinaje" que ha padecido esta familia gaditana durante cinco años por "decenas" de centros hospitalarios de la comunidad ha sido relatada en un hilo Twitter por su única hija, que espera que "nadie nunca más tenga que pasar por algo así". Un grito desesperado con el que Rocío denuncia la falta de recursos, de tiempo para un buen diagnóstico y de sensibilidad y humanidad que sufren pacientes como su madre, que no ha podido salvar la vida.
"Mi madre no ha podido luchar. No la han dejado pelear contra el cáncer NO diagnosticado que se la ha llevado", es el mensaje con el que Rocío comienza el relato de tan fatídica historia en la red social. Tal y como ha contado en declaraciones a este periódico, no fue hasta el pasado mes de agosto cuando llegó el nefasto diagnóstico en un hospital privado de Sevilla. Su madre sufría un cáncer metastásico de colon perforado ante el que ya no se podía hacer nada. "Mi madre quedó postrada en una cama, totalmente dependiente de la noche a la mañana. Decidimos ingresarla en una residencia en Sevilla para que le prestarán los cuidados que necesitaba y que ni mi padre ni yo podíamos darle. Estando allí es cuando la llevamos a un nuevo hospital y donde, sólo con vernos entrar por la puerta, el médico de Urgencias ya nos avisó de la gravedad que presentaba", afirma. "Era el primer hospital donde nos reconocían que las cosas no iban bien", añade.
María de los Ángeles, como se llama la madre de Rocío, llegaba al centro "moribunda, en un grito, con delirios y sin apenas voz". Llevaba más de un mes con insufribles dolores que se habían intensificado y la mantenían postrada en la cama. "Pedía ayuda a gritos, chorreaba en sudor, temblaba", recuerda su hija. Tampoco podía comer y había perdido más de 20 kilos en apenas un mes.
Hasta llegar aquí, su hija denuncia que más de 20 facultativos a los que acudieron fueron incapaces de diagnosticar su enfermedad. "Llevaba años pasando por especialistas aquejándose de un dolor en la parte baja anal. Se empezó a caer continuamente, se le dormía una pierna y tenía un dolor insoportable. De la noche a la mañana dejó de andar, no podía poderse de pie y de ahí pasó a quedarse acostada", afirma.
Aún así, relata Rocío, "lejos de ser una señal de alarma para los profesionales", que, indica, "se limitaron a hacerle hasta cinco placas que descartaron problemas óseos", se le empezó a tratar como una paciente de salud mental. "Me dijeron, literalmente, que no tenía nada. Que era imposible que le doliera y que lo hacía para para llamar la atención", afirma desconsolada Rocío. Algo incongruente cuando a María de los Ángeles "la devoraba un cáncer indescriptiblemente doloroso sin prescribirle ninguna prueba diagnóstica", asevera su hija, que añade que, además, su madre ni orinaba ni iba al baño. "Está recogido en sus informes y ni así le pidieron una muestra de heces, una colonos copia o una analítica de marcadores tumorales. ¿Cómo puede un profesional dejar pasar esto?, ¿qué más necesitaban?", se pregunta.
Es más, pese a todo, en Salud Mental la diagnosticaron de una demencia leve y ni siquiera la medicaron. "Otro especialista más que la ninguneó y menospreció en nuestra propia cara", apostilla. "En sus informes recogía, como de mofa, que mi madre les refería un temor atroz a sufrir una enfermedad mortal. Ella lo sabía, pero nadie hizo nada", apostilla.
La historia de la madre de Rocío acabó con el peor de los desenlaces y María de los Ángeles fallecía hace una semana en un hospital sevillano, dejando atrás meses muy duros. No pudo luchar. "No la dejaron", matiza su hija, que sí está dispuesta a hacerlo por ella y llevará el caso a los tribunales, para lo que está recogiendo todos los informes necesarios de todos los especialistas y hospitales por los que pasó su madre y por los que asegura "fue ninguneada y despreciada". "No voy a quedarme de brazos cruzados. Pienso hacer ruido y mi intención es que este caso alcance la mayor difusión posible para que Administración y sanitarios levanten la oreja y trabajen con la profesionalidad que requiere un paciente y se dejen ya amparar en el paraguas de la salud mental", sentencia.
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