"La situación actual de la India es muy difícil. La segunda ola de la pandemia está causando estragos". Son palabras del religioso Felipe F. Lazcano, más conocido como Fefe en la comunidad de los Sagrados Corazones, que lo destinó a Calcuta hace más de 20 años. Allí desarrolla una labor humanitaria en el Damien Social Development Institute (DSDI), una ONG destinada a la atención y promoción de los enfermos de lepra bajo la inspiración del Padre Damián. En nombre de esa organización pide ayuda para el país indio: "El DSDI necesita ayuda". Está respondiendo con todas sus posibilidades a las necesidades de los grupos sociales más vulnerables gracias a donaciones y han podido enviar una apreciable cantidad de dinero para el Plan de emergencia Covid.

Su preocupación se centra en tres vertientes: "seguir respondiendo a la crisis de la pandemia, que dejará de estar tan presente en las noticias, pero continuará causando sufrimiento a miles y miles de personas; mantener los diversos servicios que presta habitualmente; y avanzar en la construcción del edificio de usos múltiples". Un proyecto en la localidad de Phulnakara que, a través de ser alquilado, permitiría ingresos locales. "Hasta ahora se han conseguido realizar los trabajos de cimentación de este edificio", relata Fefe. La pandemia interrumpió las obras y obligó a dirigir los fondos a la lucha contra el coronavirus. El campo de acción peculiar del DSDI es la atención a siete colonias de leprosos, pero se ha ampliado a otros grupos de la sociedad india especialmente vulnerables: barrios de chabolas alrededor de la ciudad de Bhubaneswar (capital del estado de Odisha) y pequeñas aldeas de dicho estado. El DSDI actúa en el área de la salud, de la educación, de la integración social, de la sensibilización social y lleva a cabo un buen número de actividades en favor de los más pobres.

Fefe, ex alumno de los Padres Blancos y religioso desde 1977, prioriza las donaciones para la emergencia del Covid, enfocadas en el reparto de alimentos o productos sanitarios. También busca que exista una financiación regular del DSDI. "Esperamos que la pandemia vaya remitiendo y se puedan continuar los proyectos habituales", explica. Para ello, hace falta la ayuda económica a través de la página web de la Provincia Ibérica de los Sagrados Corazones. "Esta llamada a la solidaridad con los más pobres es la que nos enseñaron el colegio para contribuir a hacer un mundo algo más justo y humano está dentro de nuestras posibilidades", opina el misionero sevillano. Él es un eslabón más de la cadena de personas que llevan casi medio siglo ayudando a los más necesitados en la India, que vio llegar a los primeros hermanos de la congregación en 1975. Lo hicieron para trabajar con los enfermos de lepra con la Madre Teresa.