Sevilla

La marihuana, un negocio en crisis en Sevilla

  • Las restricciones de movimiento impuestas por el Gobierno están frenando las exportaciones de cannabis

  • Cientos de viviendas acumulan plantas desde hace más de un mes, y se están sucediendo los apagones

Un guardia civil inspecciona una plantación de marihuana.

Un guardia civil inspecciona una plantación de marihuana. / Aragón Pina

La crisis del coronavirus se ha cebado con la mayoría de los negocios, también con los ilícitos. Uno de los más afectados entre estos últimos es el cultivo de marihuana, que se está viendo especialmente perjudicado por las restricciones de movimietos. Cientos de viviendas de Sevilla acumulan miles de plantas de cannabis a la espera de que alguien venga a recogerlas para distribuirlas por el resto de España, y también de Europa. La marihuana es una droga que se produce íntegramente en España.

Prácticamente la totalidad del cannabis que se consume en Europa se cultiva en la península Ibérica. En Sevilla hay varios barrios en los que las plantaciones indoor (como se conoce a las ubicadas en el interior de viviendas) forman parte de la vida diaria de la zona. Polígono Sur, Su Eminencia, Palmete, Polígono Norte o Torreblanca son sólo algunos lugares en los que está muy extendido el cultivo dentro de las casas.

Para los encargados de cultivar esta droga, las plantaciones de interior son mucho más seguras que las de exterior. No pueden observarse desde un helicóptero o con un dron, y tampoco es necesario un trasiego de personas como ocurre en un punto de venta de otras sustancias. El mismo dueño de la casa puede montar una plantación.

Para ello solo es necesaria una inversión inicial para comprar semillas, focos, lámparas y aparatos de climatización. El inconveniente es el elevado consumo eléctrico, que suele obtenerse mediante el robo del suministro. Las plantas crecidas en interior son más demandadas que las de exterior, puesto que se mantienen a una temperatura constante. En este negocio, los consumidores no compran a quienes cultivan la droga en pisso, sino que la mercancía se distribuye con verdaderas redes de transporte que tienen su origen en el Sur de España y su destino en Francia, desde donde se reparte luego por toda Europa. Un clan de Dos Hermanas está especializado en esta distribución. Esto dificulta enormemente la perscución del cultivo por parte de las Fuerzas de Seguridad.

Ahora bien, con el estado de alarma, las restricciones de movimientos y el incremento de los controles policiales están complicando las labores de estas redes de distribución. Son muchos los agricultores caseros que aguardan que alguien les recoja su producción y mantienen sus casas, garajes, locales y naves repletas de marihuana. Se exponen a robos y también siguen precisando de una elevada demanda eléctrica. Tanto que ya se han registrado varios apagones en barrios como el Polígono Sur y en Su Eminencia.

El fenómeno que está ocurriendo con el cannabis es el contrario al hachís, cuya distribución en Sevilla había caído mucho en los últimos dos años debido a una fuerte presión policial que había descabezado a las principales organizaciones encargadas de traer la droga desde el norte de África. Ahora, en cambio, los narcos quieren aprovechar que las Fuerzas de Seguridad se están viendo obligadas a trabajar para que se cumpla la cuarentena para tratar de introducir más hachís por el río Guadalquivir.

En el caso de la marihuana, la elevada demanda de este producto en toda Europa había hecho incluso que clanes tradicionalmente dedicados a drogas duras como la cocaína y la heroína vieran un nicho de mercado en el cannabis. Desde que se inició el estado de alarma se han registrado varios incidentes y operaciones policiales relacionados con la marihuana. Han sido ya al menos dos los tiroteos ocurridos, aunque en ninguno de ellos resultó herida ninguna persona.

Uno sucedió en Su Eminencia y fue entre miembros de la misma familia. Este enfrentamiento permitió a la Policía hallar una plantación dentro de una casa. El segundo tiroteo ocurrió en las Tres Mil Viviendas, donde un clan pretendía instalar una plantación en un bloque de pisos y contó con la oposición de una familia que reside en el edificio. También durante la cuarentena, la Policía Local encontró una plantación en una nave del polígono Hytasa.

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