Muere Antonio Guerrero Camargo, fundador de Mariscos Emilio

El Ayuntamiento le concedió la Medalla de la Ciudad en 2017

2017: Acto de entrega de las medallas concedidas por el Ayuntamiento de Sevilla

Antonio Guerrero en la entrega de Medallas de la Ciudad de Sevilla en 2017
Antonio Guerrero en la entrega de Medallas de la Ciudad de Sevilla en 2017 / Antonio Pizarro

Antonio Guerrero Camargo, el fundador de Mariscos Emilio, falleció la madrugada del domingo al lunes a los 85 años edad, habría cumplido 86 años el próximo 21 de enero. "Era una persona única, hasta el último momento estuvo bromeando con el personal sanitario, preguntándoles e interesándose por su familia. Siempre tenía una sonrisa para todos y esa atracción personal que se tiene o no se tiene", explicó uno de sus cinco hijos, Emilio Guerrero. "Como empresario, conocía y se preocupaba por sus empleados, de hecho la corona más grande que ha llegado es la de los trabajadores, y como persona era de una calidad inmensa", afirma su hijo Emilio

Un legado, compartido con su esposa, Encarnación León, que ha dejado a sus cinco hijos (Carmen, Antonio, Emilio, Nani y María del Mar) y sus once nietos, que han removido cielo y tierra para poder llegar desde diferentes puntos de Europa y de España donde están estudiando y trabajando a la misa funeral por el eterno descanso de su abuelo, que tendrá lugar mañana martes 9 de diciembre a las 9:30 en la Capilla de los Marineros. La vinculación del fallecido y de toda la familia con la hermandad de la Esperanza de Triana era muy intensa.

La hermandad de San Gonzalo también ha expresado su pésame por el fallecimiento de Antonio Guerrero.

Antonio Guerrero Camargo decidió darle a su negocio el nombre de su padre, Emilio, que vendía mariscos con un canasto que ocupa un lugar preferente y simbólico en el negocio. Los establecimientos estarán cerrados hasta el 9 de diciembre en señal de luto. El primer Mariscos Emilio se abre en 1970 en San Juan de Aznalfarache. El buen hacer de Antonio Guerrero Camargo hizo que se extendiera el negocio. Ahora es la tercera generación la que está al frente de las marisquerías más sevillanas.

La importancia de Mariscos Emilio y su forma de entender la hostelería hizo que el Ayuntamiento de Sevilla le concediera al ahora tristemente fallecido, la Medalla de la ciudad en el año 2017, un acto que llenó de emoción a toda la familia Guerrero León.

Pero más allá del empresario, todos sus conocidos y allegados señalan la grandeza humana de Antonio Guerrero Camargo. "Tenía un gran corazón y repartía cariño a cualquier sitio donde iba, incluso cuando en esta última etapa estaba en el hospital con sus achaques y dolencias", explicó su hijo Emilio.

Se va un hostelero de los de antes, de los que marcan tanto a sus clientes que los convierten casi en familia, con el don de gentes imprescindible para quienes están detrás de una barra. Y eso se ha visto reflejado, como afirmó su hijo Emilio, en la cantidad de personas que han pasado por el tanatorio de la SE-30 para presentar sus respetos al que ha sido para muchos el bendito responsable de muchas celebraciones, encuentros y alegrías en cualquiera de los negocios de Marisquerías Emilio.

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