El confinamiento obligó a la Asociación Sevillana de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Asejer) a realizar terapias online. Se organizaron un total de 14 grupos de terapia y, pese a los temores por la posibilidad de que la cuarentena y la presión vivida por el estado de alarma destara las recaídas, sólo cuatro pacientes tuvieron problemas. Pero la vuelta a la normalidad también ha supuesto un regreso a la realidad que se vive en estas consultas para adictos al juego. “Los meses de verano han sido tranquilos, pero septiembre ha comenzado como siempre, con una media de ocho ingresos nuevos semanales”, comenta José Jiménez, presidente de Asejer.

Gran parte de estos adictos que se someten a tratamiento son jóvenes enganchados a las apuestas y el juego online, considerados por algunos como la nueva heroína del siglo XXI. En los últimos años las casas de apuestas se han triplicado en Sevilla en los barrios, una situación que ha despertado un movimiento social de rechazo que antes de la pandemia comenzó a lograr sus primeros frutos, que, con claridad, son insuficientes.

De momento, el Ministerio de Consumo dio este año un paso adelante al regular por primera vez la publicidad en el juego, pero meses antes, el pasado octubre, en Andalucía el último intento de legislación resultó fallido: el Pleno del Parlamento andaluz rechazó, con los votos de PP, Ciudadanos y Vox, la toma en consideración de una proposición de ley del PSOE, apoyada por Adelante Andalucía, para limitar las salas de juegos y apuestas y prevenir el juego patológico que afecta a muchos jóvenes de esta comunidad. A nivel municipal, dos meses después, el Ayuntamiento de Sevilla hizo un movimento importante al aprobar en pleno la suspensión de nuevas licencias y declaraciones responsables de casas de apuestas y salones de juego durante un año e iniciar su nueva regulación a través del PGOU. Ésta es una medida que ya había adoptado, por ejemplo, el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra. Acciones encaminadas a poner freno a algo que se ha convertido en un problema de salud pública.

No obstante, los plazos corren y, en medio de la pandemia, urge que los trámites no se paren. La llamada de atención la ha dado esta semana el grupo municipal de Adelante Sevilla. “Queremos saber qué ha hecho el gobierno municipal durante casi un año para poner coto a las casas de apuestas”, comenta el concejal Daniel González Rojas, que ha registrado una batería de preguntas dirigidas al Área de Hábitat Urbano de cara a la Comisión de Control que se celebra este viernes. “A finales de este año se acabaría el plazo para aprobar la modificación del PGOU y se levantaría la suspensión de las licencias”, aclara el edil, que incide en que “se acaba el tiempo y nos tememos que todos los anuncios hechos por el PSOE puedan quedarse en nada y volvamos a la ley de la selva”.

El gobierno local explica que la iniciativa para cambiar el PGOU está en marcha y que los estudios de Urbanismo han incorporado un análisis de la legislación de juego en todas las comunidades autónomas y las actuaciones que se han emprendido a nivel municipal en otras ciudades. Se ha incluido, además, una planimetría que refleja la situación de los salones de juego que hay en Sevilla, con su ubicación, proporción respecto al número de habitantes por distrito y la relación con las parcelas educativas.

La fiebre del juego online acabó por extenderse a un sector más amplio de la población cuando las pantallas de las apuestas deportivas entraron en los salones recreativos y apareció la posibilidad de hacerlo también de manera presencial. Según los últimos datos oficiales, hay 193 salones de juego en la provincia de Sevilla, una cifra que revela un aumento del 25% en los últimos cinco años. Y el número de terminales repartidos en salones asciende a 750. Pero la gran explosión tuvo lugar en 2017. El aumento de este tipo de negocios ha ido creciendo en Sevilla en torno a un 15% cada año desde entonces.

En Asejer, la única asociación de jugadores patológicos que existe en la provincia de Sevilla, se insiste en que antes eran las tragaperras y juegos como el bingo, ahora el perfil ha cambiado mucho, la edad media del adicto ha bajado 15 años, hasta los 30 de media con el juego online y este tipo de apuestas deportivas. Y el perfil también es otro: normalmente los pacientes que llegan a Asejer son hijos que vienen con su madre o su padre y algunos incluso menores de edad que ingresan por adicción a los videojuegos y luego se enganchan con las apuestas.