La población de Sevilla crece gracias a la inmigración. Lo hace de manera muy lenta y mediante el empadronamiento de extranjeros. La tendencia la demuestra el informe continuo de población del Instituto Nacional de Estadística (INE), que refleja que la cifra de habitantes autóctonos apenas se inmuta en los primeros nueve meses de 2023, mientras que la de quienes proceden de otros países se incrementa en más de un 5%, hasta sumar más de 26.000 vecinos nuevos desde otoño de 2021. 

El invierno demográfico que sufre la provincia sevillana no tiene visos de cambio a corto ni medio plazo. El estancamiento de la población autóctona se mantiene, debido a la crisis de natalidad que se sufre como consecuencia de las crisis económicas y sociales de las últimas décadas. Los únicos repuntes en número de residentes obedece al empadronamiento de personas que vienen de otras provincias. 

La estadística continua de población así lo demuestra. Los datos más recientes, del 1 de octubre de 2023, confirman que la población de la provincia ha aumentado en 6.924 habitantes en los primeros nueve meses del año, hasta situarse en 1.965.678 personas. De ellas, 1.870.684 residentes son de nacionalidad española y 94.994, extranjeros. Este colectivo, por tanto, sólo supone un 4,8% del total, pero su avance resulta incuestionable. 

A principios de este año (con datos de enero), la población española en la provincia la componían 1.868.898 personas. Tres meses después, dicha cifra repuntaba a 1.867.667, para llegar a comienzos de verano a 1.869.548 habitantes. A comienzos de octubre tal cantidad se quedó en 1.870.684. Es decir, en nueve meses los residentes nacidos en España han aumentado en 1.786. 

La cifra no es del todo insustancial si se tienen en cuenta las condiciones demográficas actuales, con la referida crisis de natalidad, pero resulta insignificante al compararla con el crecimiento que ha registrado la población extranjera en el periodo analizado. El año comenzaba con 89.856 habitantes que procedían de fuera de España y se habían empadronado en el centenar de municipios de la provincia. En primavera esta cifra alcanzaba los 92.526. En julio, seguía creciendo, con 94.624 y ya en octubre se ha llegado a los 94.624. Por tanto, en nueve meses se han incorporado a este colectivo 5.138 personas, lo que representa el 74% del crecimiento de la población total de la provincia, o lo que es lo mismo, tres de cada cuatro habitantes nuevos son extranjeros, lo que avala la fuerza de la inmigración para frenar la crisis demográfica de la provincia. 

En términos porcentuales, los habitantes de nacionalidad española sólo han aumentado su presencia en la provincia un 0,1% entre enero y octubre de 2023, mientras que los extranjeros lo han hecho en un nada despreciable 5,41%. La diferencia resulta abismal y representa también un claro indicador del futuro demográfico de Sevilla. 

Los datos del INE no sólo permiten la comparación a lo largo del presente ejercicio, sino además con años anteriores. El dato más antiguo de la serie es el de 2021. Si la relación se realiza con octubre de aquel año, la población total de la provincia ha aumentado en 17.508 personas. En cuanto a habitantes españoles, el repunte se limita a 926 residentes más, mientras que el grupo de extranjeros ha incorporado 16.582. Otra diferencia abismal. 

Dentro de Andalucía

En el marco autonómico, las cifras también se pueden valorar con otras provincias, como Málaga. En ella la población, a 1 de octubre de 2023, llega a 1.762.902 habitantes, de los que 1.442.136 son de nacionalidad española y 320.768 de otros países. Como se observa, este colectivo es mucho más abultado que en Sevilla, más del triple, debido a la altas posibilidades de empleo que genera la Costa del Sol. De enero a octubre, la población española sólo se ha incrementado un 0,32%, mientras que la extranjera lo ha hecho en un 2,27%. Si se echa la vista atrás, a octubre de 2021, el aumento de dicho colectivo resulta más contundente, más de un 14% frente al 0,84% de subida de los habitantes de nacionalidad española. 

Cuestión distinta es el reparto de esta población extranjera, que no suele ser homogéneo en las provincias. Si en Málaga se concentra en las localidades costeras, por las posibilidades de encontrar empleo que proporciona el turismo de sol y playa, en Sevilla lo hace en la capital y el área metropolitana, sin olvidar municipios con un importante peso de la actividad agrícola. 

Respecto al país de nacimiento de esta población de procedencia extranjera, el principal grupo lo conforman los colombianos, con 510; seguido de los marroquíes (310); y de los venezolanos (300), colectivo que ha aumentado su presencia los últimos años tras la crisis política que vive ese país.