Una semana bajo el paraguas. La lluvia, tan necesaria, será la tónica habitual los próximos días en Sevilla. Tras un periodo navideño en el que el nivel de precipitaciones ha resultado bastante escaso, la inestabilidad se adueñará de los cielos y no dará tregua en casi toda la semana. La llegada de una borrasca vendrá acompañada de un ascenso de las temperaturas mínimas y de unas máximas que se mantendrán en los 20 grados. 

Se va el frío y llega la lluvia. La segunda quincena de enero comienza, en lo meteorológico, de forma muy distinta a la primera parte del mes, que se ha caracterizado por un tiempo seco y con mínimas severas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé a partir de este lunes jornadas con alto riesgo de probabilidad de lluvia, una inestabilidad que empezará esta mañana, cuando dicho porcentaje se eleva al 60%. 

La situación mejorará conforme avancen las horas, pero el mal tiempo continuará los próximos días, cuando la probabilidad de precipitación no disminuya del 90%. El martes, miércoles y jueves serán, por tanto, jornadas muy lluviosas y en las que resultará imprescindible el uso del paraguas. El viernes la situación tiende a mejorar, aunque aún el riesgo será bastante elevado. En principio, la predicción cambiará para el fin de semana, periodo para el se espera una mejoría. 

La llegada de esta borrasca -a la que ya han bautizado con un nombre masculino, Hipólito- provocará que el frío remita. El cambio más brusco se notará en las mínimas. Tras un fin de semana en el que el termómetro se ha quedado a cinco grados en la capital andaluza, los próximos días no bajará de los 12. Se trata del efecto de la lluvia, que traerá una sensación de humedad que servirá para moderar las temperaturas. Las máximas rondarán los 20 grados. 

Las precipitaciones que se anuncian llegan en un momento en el que las reservas en los embalses que conforman el sistema de abastecimiento de Sevilla, según los datos que ofrece a diario Emasesa, se encuentran al 32,5%, con un total de 208,38 hectómetros cúbicos. Hace falta aún que llueva mucho para alejar el fantasma de las restricciones.